Ferrol pone en marcha un protocolo para detectar casos de síndrome de Diógenes

El Concello de Ferrol ha elaborado un protocolo que especifica cómo actuar ante casos de síndrome de Diógenes, un trastorno que lleva a quien lo padece al aislamiento, el abandono de la higiene y la limpieza de la casa y a menudo implica una alimentación deficiente que conlleva desnutrición, la acumulación de objetos y comportamientos huraños y hostiles hacia sus allegados. 
 

“Estamos a detectar a existencia de casos desta enfermidade”, explica la concejala de Benestar Social, Eva Martínez. Con el protocolo de actuación “damos un paso máis no ámbito da intervención social e da saúde mental”.
 

La primera medida, que se pone en marcha esta semana, consiste en la elaboración de un registro de casos a través de las distintas unidades de Servicios Sociales que operan en la ciudad. La cifra actual puede estar en torno a la docena de afectados pero se espera que se pueda concretar en los próximos días.

Actualización: El Concello ha corregido los datos iniciales y notifica dos casos en proceso, diagnosticados y tratados en Servicios Sociales. A lo largo del actual mandato ha habido al menos otros cuatro que ya han sido atendidos.
 

Para la detección se echa mano del entorno vecinal y familiar de estas personas. Después comienza una etapa de estudio y de aproximación a cada situación individual, “establecendo unha relación co afectado baseada na empatía”, comenta Martínez Montero. Habrá visitas a su domicilio y contacto con el vecindario. 

En una tercera fase se realizará un diagnóstico y se diseñará un proceso de intervención social “no que se relacionen os problemas que lle afectan á persoa dun xeito integral”. Para eso, desde Benestar Social se pide la colaboración del departamento de Salud Mental del Sergas. “A colaboración é vital”, remarca Eva Martínez.
 

El síndrome de Diógenes como tal no está tipificado como enfermedad aunque sí trastornos subyacentes que pueden dar lugar a este comportamiento. El Concello solicita ayuda sanitaria para actuar ante ese “vacío”.
 

Una última etapa se centraría en el control y en la coordinación con la Policía Local, dispositivos sanitarios, instancias judiciales, gobierno autonómico y entidades de iniciativa social.