La falta de mantenimiento impide el disfrute del parque Pablo Iglesias a los vecinos

La falta de mantenimiento impide el disfrute del parque Pablo Iglesias a los vecinos
Estado del Parque Pablo Iglesias en Esteiro

El parque Pablo Iglesias ha pasado de ser un referente para el juego infantil y el paseo, por sus grandes dimensiones e instalaciones, con zonas de esparcimiento, de juego y descanso a convertirse en un espacio, que si bien es utilizado por vecinos de Esteiro, Caranza Ultramar, dada su situación de unión entre barrios, recibe a diario críticas por la falta de mantenimiento.

El posible deterioro del parque Pablo Iglesias hizo saltar ya las alarmas en el año 2013 con la construcción de un tanque de tormentas en la zona. Por aquel entonces los vecinos denunciaron el deterioro que supondría para ese espacio de ocio. Finalmente, se acordó una construcción que limitase el impacto visual de la infraestructura y pese al traslado de mobiliario urbano, parque infantil y árboles, el parque recuperó su esplendor, aumentando incluso las prestaciones que tenía anteriormente.

Desde entonces, denuncian ahora residentes en las urbanizaciones adyacentes al parque, “no se ha hecho ningún mantenimiento de este espacio”. Así, si antes era un lugar de referencia ahora algunos vecinos incluso temen que sus hijos atraviesen el parque, por la presencia de muchos perros sueltos. “Pese a que al lado se encuentra un parque canino, no hay día en el que no se vean perros sin correa y con propietarios que no se molestan en recoger los excrementos de los animales”, dicen.

También se ha convertido en zona de reunión de grupos de personas en las inmediaciones del túnel que atraviesa As Pías, que han llegado, incluso, a trasladar bancos del parque a esa zona, desanclándolos de sus ubicaciones originales.

Más allá de la “falta de seguridad” que denuncian los vecinos, señalando que no pasa ninguna patrulla por la zona, para realizar una vigilancia, el estado de las instalaciones ha deteriorado notablemente este parque.

Así, el mobiliario urbano, especialmente los bancos están de-saparecidos o rotos, explican los vecinos. Cada zona delimitada contaba originalmente con cuatro bancos y ahora apenas queda uno en cada espacio y con listones de madera rotos.

Las papeleras se encuentran también destrozadas y con la basura tirada por el suelo, lo que no ofrece una imagen atractiva. Hace unas semanas se precintó también la canasta existente y ahora se ha roto ese cierre, sin que se sepa si puede o no ser usada por los niños.

Asimismo, el parque sirve de acceso al instituto Sofía Casanova para alumnos de Utramar y Esteiro y a través de un sendero que, debido al firme de arenilla, se inunda y apoza de modo que queda intransitable. La comunidad educativa ya dio cuenta de esta situación al centro, con el fin de que el Concello pueda tomar alguna medida al respecto para mejorar ese acceso.

La situación estratégica del parque es un problema ya que se encuentra en “tierra de nadie” y su situación hace que ni las Asociaciones de Vecinos de Esteiro, ni Recimil o Ultramar asuman las reivindicaciones. l

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