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miércoles | 24 abril | 2024
La extracción y venta de almeja babosa en los pósitos de Ferrol y Barallobre ha caído a su peor registro desde que en el año 2007 entró en vigor de reglamento europeo que clasificaba las zonas de producción marisquera en función de la calidad microbiológica de las aguas.
Entonces, y en medio de un conflicto que se prolongó durante meses antes de que se aprobase el plan de dinamización de la ría, el volumen total de ventas apenas superó las veintidós toneladas en todo el año, por los 23.280 kilos que se han comercializado a través de las cofradías este ejercicio, a apenas un mes y medio de que se cierre. Tanto en 2017 como en 2018, la cantidad anual se situó entre las 88 y las 100 toneladas vendidas de una especie, la almeja macho, que durante décadas fue la más importante para los pósitos de la ría en volumen de ventas y, por lo tanto, también de ingresos.
Pese a este desplome, tanto en Ferrol como en Barallobre ignoran a qué puede obedecer. “No lo sabemos, la verdad, pero hay una bajada de la producción en toda la ría”, señala la patrona mayor de la cofradía de la ciudad. “Es un problema muy grave que nos preocupa, pero ni los pósitos ni la consellería sabemos aún por qué está pasando esto”, añade.
Su homólogo de Barallobre, Jorge López, coincide en el diagnóstico y en la ausencia de una explicación clara sobre esta reducción insólita. “A administración está facendo algo, pero non é suficiente”, dice. “É fundamental poñer os medios para examinar o substrato dos fondos das diferentes zonas de produción, ver que especies temos e, a partir de aí, aclarar os motivos da escasa reprodución”.
A priori, no hay una causa lógica. La depuración de las aguas residuales lleva ya una temporada funcionando y, precisamente por eso, la mejoría del estado de las aguas debería de ayudar a incrementar la productividad, pero no está siendo así.
“Nas últimas mostraxes que fixemos”, apunta López, “a poboación de talla comercial é a metade da de hai catro meses”. “Desde la consellería se nos dice”, apunta Isabel Maroño, “que se está recuperando poco a poco”, aunque por el momento no hay rastro claro de esa mejoría.
La depuración de las aguas es un argumento que en teoría debería jugar a favor del aumento de la productividad, pero no el único. “En As Pías podría deberse a que en su momento pudo haber sobreexplotación”, indica Maroño, “pero ahora ya no es así; además, hay menos furtivos y el número de profesionales que trabajan ahí es mucho menor que hace unos años”. “Antes iamos ao banco 300 mariscadores; hoxe apenas somos 20”, añade Jorge López. “Fomos perdendo superficie de traballo e bancos marisqueiros”, subraya, “porque hai zonas que teñen unha capa de lodo de entre un metro e metro e medio”.
