La ensenada de Caranza es la única zona de exclusión de todo el Estado

La ensenada de Caranza es la única zona de exclusión de todo el Estado
el conservatorio de música xan viaño y el auditorio municipal se localizan en la orilla de la bahía, por donde discurre también un tramo de paseo marítimo luis polo

La ensenada de Caranza es la única zona de producción de moluscos del Estado cerrada a la extracción por sus elevados niveles de contaminación microbiológica. Así lo recoge la orden publicada el jueves en el Boletín Oficial del Estado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en la que se actualiza la clasificación de los diferentes polígonos de producción de moluscos y otros invertebrados marinos del litoral. La última relación databa de agosto de 2011.
Esta singularidad del denominado GAL 03/06 se produce después de que la otra zona de producción con esta clasificación en 2011, el  GAL 11/03 –el estuario del río Miñor, en la ensenada de Baiona– pasase a zona C provisional el pasado 23 de enero, tras confirmar el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño –Intecmar–, el organismo competente en Galicia para controlar la calidad del medio marino y de sus productos, un descenso en la concentración de la bacteria E. coli, que es el indicador que se emplea para medir la calidad de las aguas en las que se extraen los bivalvos.

Un punto negro
El único punto realmente negro de las zonas de producción de moluscos del Estado tiene una extensión de unos 350.000 metros cuadrados, caracterizados, como explica el biólogo de la Cofradía de Pescadores de Barallobre, Joám Luís Ferreiro, por su estado cuasi abiótico, es decir, por su reducida capacidad para acoger vida animal. “Desde hai anos non hai marisco aí”, señala, una carencia a la que se ha llegado después de décadas de vertidos de aguas residuales y de la construcción de infraestructuras que han limitado una renovación hídrica en condiciones.
La contaminación fecal es tal que, según explica el biólogo, existen lugares con un metro de espesor de materia orgánica, un volumen que por sí solo no podrá descomponerse de un modo natural. Ferreiro demanda así la realización de un dragado porque, de lo contrario, habrán de pasar muchos años antes de que la zona pueda recuperarse mínimamente.
Esa capa de residuos tiene su origen en los tres puntos de vertido que soporta una ensenada relativamente pequeña. “É a metade da superficie que tiña hai unhas décadas”, recuerda, “antes dos recheos para a Marina e o estaleiro”. Allí, añade, vierte entre el 25% y un tercio de la población de Ferrol. “Na enseada de-semboca o río do Tronco, que vai entubado e no que desaugan os veciños do Inferniño e Ultramar, así como outro regato que recolle as augas residuais das Casas da Bazán e Telleiras, e finalmente, ese tubo que hai no medio e que achega os vertidos dunha parte importante de Caranza”.

barreras
El espigón denominado de As Pedras, que cierra la ensenada,  también contribuye a que el efecto renovador de las corrientes quede reducido al mínimo. Realizado en la década de los años 40, no dispone de pasos de agua –al estilo del que recientemente se reformó en Barallobre, que ahora es flotante– y hace de pantalla cuando el viento sopla del sureste. El muelle de Bazán hace lo propio cuando este sopla del sur, con lo que, señala Ferreiro, “a enseada énchese e baléirase, pero sen movemento ningún das augas”.
El diagnóstico corroborado por el Ministerio exige una actuación urgente, no solo como área de actividad marisquera, sino por el impacto estético y sensorial que produce y por tratarse de un lugar con paseo marítimo y dos infraestructuras como el Conservatorio Xan Viaño y el Auditorio municipal.

La ensenada de Caranza es la única zona de exclusión de todo el Estado

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