En la jornada del Día del usuario, que se conmemoró ayer en las bibliotecas gallegas, la de Ferrol, sin embargo, vive temporada de “rebajas” como así lo anuncian los carteles colocados en la entrada de la biblioteca central de la plaza de España. Dejan así constancia sus trabajadores de la escasez de personal y la imposibilidad no solo de prestar un servicio ajustado a las necesidades de una ciudad como Ferrol sino de mantenerla abierta en horario de mañana y tarde.
Carteles como “con cuatro persoas a biblioteca non funciona” o “para ben gobernar hai que saber escoitar” reflejan las críticas ante la carencia de personal –el último día de diciembre expiró el contrato de cuatro auxiliares administrativas por acumulación de tareas– y la negativa del Concello a buscar una solución alternativa.
De este modo, se limita a aceptar la situación actual, que pasa por cuatro trabajadores en horario de mañana, dos de los cuales podrían estar en turno de tarde la próxima semana, con lo que se podría prestar el servicio con dos trabajadores en cada turno y en un horario ajustado, que ya se redujo tras la pandemia, tal y como recordó la portavoz del colectivo, Fany Gómez.
Ante estos hechos y “en vista de que non hai previsión de solución próxima da situación por parte das autoridades competentes, a pesar das advertencias desde hai máis de dez meses”, los trabajadores acordaron esta misma semana la reanudación de la huelga iniciada el pasado 4 de abril.
El primero de los actos de paro será el día 23 de enero, a las seis de la tarde, con una manifestación en defensa de un servicio “básico, público, digno e de calidade”.
La situación que viven los trabajadores, que se remonta ya a las protestas de la pasada primavera, empeoró desde el 1 de enero de este año, cuando el personal quedó limitado a cuatro personas para atención al público. El servicio comenzó a prestarse, entonces, solo en horario de mañana, de 9.00 a 13.30 horas –teniendo en cuenta, además, que es la única biblioteca de la ciudad, ya que se ha cerrado la de O Inferniño y la de Caranza tampoco está operativa–.
La previsión inicial pasa por que dos semanas al mes se podría abrir también en el turno de tarde –ya que dos trabajadores estarían en ese horario la mitad de mes–, si bien sería un servicio menguado, con dos personas para cada turno y “sempre que non se deran outro tipo de circunstancias que así o impediran, coa falta dalgún traballador”, explican desde el comité de huelga.
Los trabajadores explican que pese a esta situación han tenido conocimiento de que no está previsto ampliar en breve el personal –desde Recursos Humanos se les informó que no era posible económicamente contratar de nuevo a cuatro trabajadores como se hizo de abril a diciembre– por lo que convocan de nuevo movilizaciones.
Los trabajadores recuerdan que se debería contar con un horario de apertura práctico para atender a toda la ciudadanía con un mínimo de 50 horas semanales y con una dotación de unas 13 personas, mientras que actualmente se presta un servicio de 22 horas y media a la semana –que, como mucho se ampliaría a 45 horas semanales– y con solo cuatro personas de atención al público.