Los cámpings ultiman los preparativos para recibir a sus primeros veraneantes

Los cámpings ultiman los preparativos para recibir a sus primeros veraneantes
cAMPING vALDOVIÑO

El paso de fases en el camino de desescalada en el marco de la crisis del Covid-19 y el levantamiento de medidas tomadas no se corresponde en muchas ocasiones con las facilidades que tienen los establecimientos o servicios para retomar su actividad. Es el caso de los campings, que podrían haber vuelto a recibir clientes desde el inicio de la fase 1. Sin embargo, a un solo día del comienzo de una nueva etapa, tampoco tienen previsto abrir sus puertas.

Ni el ferrolano camping de As Cabazas, ni el municipal de Valdoviño ni el que se encuentra en O Raso, Ares, abrirán antes de junio. El motivo es, por una parte, que la apertura solo podría haberse realizado sin la prestación de todos los servicios –duchas, elementos comunes, hostelería...– y, por otra, la más importante, no se puede poner en marcha una actividad sin usuarios.

Las restricciones de movilidad son clave para poder contar con visitantes y, aunque la presencia local y comarcal también es significativa en algunos de estas zonas de ocio y descanso, lo cierto es que hasta que haya comunicación entre provincias, apenas hay demanda de las instalaciones.

En el camping de As Cabazas, su propietaria Carmen Lago explica que su previsión es abrir en torno al 15 de junio, un mes después del anuncio oficial de que estos sectores podían retomar su actividad. “No tenía sentido, sin duchas, lavabos y en un camping como el nuestro que no cuenta con bungalows, solo tiendas o caravanas”. Ahora, de cara a junio y especialmente en julio espera que la gente se anime, sobre todo en una forma de veraneo que es al aire libre y con parcelas que ya cumplen las distancias de seguridad, por lo que se plantea como una buena opción para no dejar de tomarse unas vacaciones, con más seguridad.

De hecho, Carmen Lago explica que los cambios no serán muy grandes, excepto en cuanto al aumento de medidas de higiene y limpieza, lo que llevará a tener que contar con más personal, al igual que para el control. Aunque las reuniones de grupo ya están permitidas hasta en 10 y se ampliarán a 15 en breve, esta propietaria apunta que estudia que en sus parcelas no se acumulen más de ocho, para garantizar la seguridad.

También en Valdoviño están a la espera de que la situación mejore, Eliseo Carballeira, del camping municipal A Lagoa tampoco ha abierto las puertas de su complejo y espera poder hacerlo a principios de junio, cuando las medidas estén más claras y se facilite la conexión entre provincias.

Salas comunes, baño, lavandería o recepción serán las que más noten los cambios “porque los campings abiertos son una de las mejores opciones, con parcelas amplias y distanciadas”. Por eso, las reservas ya están abiertas para este verano.

En la misma línea que sus compañeros, la gerente del camping de O Raso, en Ares, Jessica Arribe, ha tenido que posponer un mes la apertura, hasta el 15 de junio, después de haber hecho frente a cancelaciones, aunque ya vuelve a haber interesados para esta temporada.

Cuando se conozcan, explica, todas las normas internas, reabrirá las inscripciones, eso sí, “tras tener que hacer, como la mayoría de los sectores, una inversión en personal, horario, cartelería o limpieza”. l

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