Las calles peatonales de la ciudad cuentan con unos 190 bajos sin ocupar

Las calles peatonales de la ciudad cuentan con unos 190 bajos sin ocupar
Locales centro de Ferrol

El cierre de bancos, de negocios tan potentes como Zara, de joyerías, agencias de viajes, galerías comerciales e incluso organismos como la Cámara de la Propiedad han supuesto desde hace una década un continuo goteo, que se ve paliado en ocasiones con la desaparición de unos establecimientos y la apertura de otros, que con mayor o menor duración, mantienen la vida en las calles de la ciudad.

Sin embargo, en los últimos años comerciantes y asociaciones lanzan un SOS para el centro de la ciudad. Los precios de los locales no se corresponden con los beneficios que se pueden obtener y la falta de alicientes que pueden ofrecer los centros comerciales de las afueras –Parque Ferrol u Odeón– hacen que  se busquen desde distintos sectores soluciones a la falta de actividad en la ciudad.

La peatonalización se ha planteado como una posibilidad y mientras parte del comercio o la hostelería es escéptica a que no llevar el coche hasta la puerta sea beneficioso para el sector, otros miran hacia otras ciudades en las que las calles peatonales son las de mayor vida, por lo que apuestan por esta medida.

En los últimos años se han cortado al tráfico algunos viales, pero ser una calle sin coches no supone estar a pleno rendimiento, ni mucho menos. De hecho, se contabilizan hasta 191 bajos sin uso solo en los tramos peatonales del centro de la ciudad. Por el contrario, permanecen activos 267.

La calle Real –que desde la plaza de España a la de Amboage no cuenta con circulación rodada– es la milla de oro de la ciudad, pero no todas sus manzanas gozan del mismo éxito comercial. Las dos manzanas comprendidas entre las calles Tierra y Concepción Arenal y esta y Coruña acumulan una cuarentena de locales en funcionamiento, mientras que solo cinco están sin uso.

Pero hay manzanas, sin embargo, que tienen hasta nueve locales cerrados y la frontal de la plaza de Armas –actualmente con el paso muy limitado por las obras– tiene el mismo número de bajos con funcionamiento, que cerrados al público –incluido uno de Zara y un solar vacío–.

La calle Real sigue siendo, sin embargo, la principal arteria del sector comercial y de servicios, con hasta 108 locales en funcionamiento, algunos tan antiguos como la Casa de los Regalos y otros que han dado nuevos bríos a la calle, como las cafeterías con instalación de terrazas de hostelería en la zona central del vial.

En esta calle se encuentran la Escuela Oficial de Idiomas o el Casino Ferrolano, además de establecimientos de todo tipo, especialmente del sector de ropa, calzado o complementos. Pero también hay nada menos que 44 bajos vacíos, que cuelgan carteles de cerrado.

La calle María no es totalmente peatonal, pero en la parte que no recibe tráfico rodado se contabilizan hasta 29 locales vacíos y cerrados, frente a 41 operativos.

En esta calle está la parte trasera del Concello, Urbanismo y la UNED, un supermercado –Gadis–, bastantes establecimientos de hostelería –hasta ocho bares en la última manzana en peatonalizarse–, sin embargo, de este vial se han ido establecimientos y galerías tan reconocidas como Sargadelos y se encuentra también algún solar en ruina.

Otra calle peatonal “a medias” es la Magdalena, con tres manzanas sin tráfico y 53 bajos, 30 de los cuales están cerrados. Es el único vial peatonal en el que hay más negocios cerrados que abiertos, especialmente en el primer tramo, desde la plaza de España la calle Lugo, donde de los 17 bajos solo cinco cuentan con un negocio funcionando.

Las calles mejor acondicionadas para el peatón –además de la Real– son Galiano y Dolores, de uso exclusivo para el ciudadano, con árboles, bancos y firme adaptado para el paseo. Sin embargo, ambas tienen casi tantos locales abiertos como cerrados.

La calle Galiano ha perdido en los últimos años establecimientos de todo tipo, desde la galería comercial –también con entrada por la calle Real– hasta un hotel, una joyería de las más antiguas, agencias de viajes, clínicas y hasta bancos. Tiene 32 bajos vacíos, que en su día tuvieron actividad. Frente a estos, 36 mantienen sus puertas abiertas, con variedad de servicios desde farmacias a ópticas, cafeterías o librería.

La calle Dolores, continuación de Galiano, una vez cruzada la plaza de Armas, dispone de hotel y en ella está instalado también Supercor. Hay comercios de ropa, bares, agencias, estancos o perfumerías, pero solamente se registran cuatro bajos abiertos más que cerrados, es decir, 33 frente a los 29 que acumulan polvo en sus escaparates.

Entre las nuevas calles sin coche se encuentra una de reciente  incorporación que, junto a un tramo de María y Magdalena, tiene en las terrazas su punto fuerte. De hecho, de los 15 locales que hay abiertos en Pardo Bajo, 12 de ellos son de hostelería. Una decena, sin embargo, no tienen uso alguno.

La oferta peatonal de la ciudad se completa con dos pequeñas calles, la del Carmen y Manuel de Cal. En ellas se encuentran hasta 16 bajos sin uso y solamente 11 cuentan con algún establecimiento abierto.

Las calles peatonales de la ciudad cuentan con unos 190 bajos sin ocupar

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