España bajó un punto y dos puestos en el ránking global del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de 2021, que hizo público ayer la ONG Transparencia Internacional, dedicada a combatir y a concienciar sobre los efectos de las malas prácticas que se dan en el mundo.
En concreto obtiene 61 puntos sobre 100 respecto y ocupa la posición 34 entre los 180 que se integran en esta clasificación mundial y la catorce entre los 27 estados de la Unión Europea, dos puestos menos.
Durante la presentación, la presidenta de Transparencia Internacional España, Silvina Bacigalupo, llamó la atención sobre el hecho que este país “no progresa” y que “se estanca en la lucha contra la corrupción”.
Y lo atribuyó a la “falta de implementación de las reformas importantes” que hay pendientes en la agenda legislativa en materia de prevención de la corrupción, de buen gobierno y de transparencia que, a su juicio, es necesario materializar. En cuanto a la puntuación de España, que se sitúa en 61 puntos sobre 100, uno menos respecto al año anterior, comentó que no es una diferencia significativa desde el punto de vista estadístico, pero que refleja un nivel de corrupción que incide en el buen funcionamiento de las instituciones.
Clasificación
El informe sostiene también que España empeoró respecto a otros países con los que compartía puntuación y posición similar en ediciones anteriores, en concreto con Portugal, Lituania y Corea del Sur, que se situaban por dejado y ahora están por encima en la clasificación.
Además, destaca que aquellos países que tenían notas superiores pero que se encontraban cercanos en la lista, se alejaron este año (es el caso de Barbados, Bahamas y Catar) y los que estaban por debajo de la posición española redujeron su diferencia significativamente, entre ellos Israel y Letonia, según el estudio.
Transparencia Internacional advierte de que una economía como la española, que se sitúa entre las quince primeras del mundo, no debería estar por debajo de los setenta puntos en el Índice de Percepción si quiere mantener su imagen y competitividad. De ahí que insista en que reducir la corrupción es fundamental para garantizar la integridad política y el buen funcionamiento de las instituciones democráticas.