La mayoría de Europa apuesta por cobrar un peaje en las autopistas

La mayoría de Europa apuesta por cobrar un peaje en las autopistas
Varios coches pasan ante el peaje de la AP-7 a la altura de El Vendrell | aec

El anuncio del Ministerio de Fomento de eliminar los peajes de las autopistas una vez que expire su concesión abrió un debate sobre el modelo de financiación de las vías de alta capacidad que, en la gran mayoría de los países europeos de nuestro entorno, incorporan también sistemas de pago.
Esta medida afectará en primer lugar a la autopista AP-1 que une Burgos y Armiñón y cuya concesión finaliza el próximo 30 de noviembre. Le seguirá la AP-7 entre Alicante y Tarragona y la AP-4 que conecta Sevilla y Cádiz, en diciembre de 2019. En Galicia, esperan que alcance a largo plazo a la AP-9 –que vertebra el territorio de norte a sur–, cuya transferencia a la Comunidad fue reclamada por todos los partidos varias veces.
UGT ya advirtió sobre el futuro de los 1.300 trabajadores asociados a estas vías, mientras que el presidente de Seopan, la patronal de grandes constructoras y concesionarias, Julián Núñez, lamentó que el nuevo Gobierno vaya en una dirección contraria a la del resto de Europa.
Pero, ¿cómo funcionan las autopistas de peaje en otros países?
En Francia, la red nacional de autopistas y carreteras de alta capacidad gratuitas asciende a 12.000 kilómetros, mientras que las autopistas de pago suman 9.000 kilómetros, explicaron fuentes del Ministerio de Transición Ecológica.
Las autopistas de peaje son propiedad del Estado, aunque son las empresas privadas las que se encargan de su construcción, mantenimiento y explotación, como en España.
En Italia la mayoría de las autopistas y autovías son de peaje y están gestionadas por empresas privadas.
En Portugal hay 14.313 kilómetros de carreteras, de los que 3.065 corresponden a autovías con peaje, que están casi en su totalidad concesionadas a empresas.
En Alemania se introdujo formalmente el peaje para las autopistas nacionales en 2016, aunque el cobro real empezará a realizarse cuando esté a punto la infraestructura necesaria. El importe recaudado irá a las arcas públicas y deberá ser destinado a la construcción de nuevas vías y al mantenimiento de las existentes.
En el Reino Unido, por su parte, existe una red de carreteras de unos 422.100 kilómetros, de los cuales en torno a 24.570 kilómetros corresponden a vías de gran capacidad que funcionan en general sin peaje.

La mayoría de Europa apuesta por cobrar un peaje en las autopistas

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