Un punto como mal menor

Un punto como mal menor
campo de A Malata fútbol entre el Racing y el Internacional

Igual que se pudo resolver con victoria, el partido que enfrentó al Racing con el Internacional pudo saldarse con una derrota. Así que el empate (1-1) con el que finalizó resulta un marcador que no deja del todo satisfecho ni a unos ni a otros pero, al menos, hace que ambos no se vayan de vacío. Es el resultado de proceso de adaptación por el que atraviesa un cuadro verde que sigue haciendo cosas bien y cosas mal pero que todavía no ha llegado a ser una escuadra del todo fiable.

Esta vez no hubo tres goles en siete minutos pero el marcado por Joselu antes de llegar a los diez de juego –el delantero de Ribeira remachó un balón suelto en el área racinguista tras un saque de esquina– le permitió al Racing jugar con más tranquilidad. Los instantes posteriores al tanto, de hecho, fueron los mejores de una escuadra verde que combinó con cierta comodidad en el centro del campo y hasta se acercó en algunas ocasiones a la portería contraria, aunque no fue capaz de traducir esta superioridad en ocasiones.

El paso de los minutos, sin embargo, fue diluyendo a un Racing cuyo rendimiento empezó a descender. Tras perder el centro campo, el Internacional empezó a controlar la situación y, de esta manera, comenzó a acercarse con peligro sobre la meta defendida por Diego Rivas, que en una ocasión atrapó sobre le línea de gol un remate de los delanteros contrarios y que en otras cuantas tuvo que intervenir para que las ocasiones visitante no llegasen a buen puerto.

Control
No se terminó de quitar de encima el Racing el empuje del Internacional en los primeros minutos de la segunda parte, en los que presentó con cierto peligro en los aledaños de la portería defendida por Diego Rivas. Este empuje, sin embargo, no duró más de diez minutos, porque a partir de ahí el cuadro verde retomó el control de este enfrentamiento.

El recorrido que la presencia de Seoane y Armental le dio al ataque racinguista hizo que el equipo ferrolano estuviese mucho más asentado sobre el terreno de juego, mientras que su rival parecía sentirse superado sobre el terreno de juego. Sin embargo, si algo caracteriza a Segunda B es que cualquier ocasión puede traducirse en peligro y el Internacional sacó partido de una para beneficiarse de un penalti convertido.

No dejó de intentarlo el Racing en el tramo final del partido a pesar del gol encajado y estuvo a punto de llevarse la victoria con un remate de Álex López, tras un centro desde la izquierda de Bruno Rivada, que se estrelló en el poste. Pero su empuje no bastó para alcanzar una victoria que Pablo Rey estuvo a punto de rescatar con un disparo en el tiempo de prolongación. El empate fue el escaso premio a lo realizado.

Un punto como mal menor

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