Un tropiezo inesperado

Un tropiezo inesperado
Joselu intenta deshacerse del marcaje de un rival durante el encuentro de ayer | jorge meis

El optimismo que el racinguismo respiraba después de la victoria sobre el Salamanca se rompió con el empate con el que el equipo ferrolano saldó el partido que lo enfrentó ayer el Compostela. Un resultado que prolonga la racha sin ganar en A Malata y que frena su escalada hacia las tres primeras posiciones. Así que será en próximos compromisos cuando el cuadro verde tenga que dar el salto al que aspira para seguir en la lucha por el ascenso a Segunda que se ha propuesto.

Salió el Racing con la intención de hacerse con el control del partido frente a un rival que buscó siempre la combinación como forma de atacar. Y aunque de entrada no lo consiguió en plenitud, en realidad sí pareció un punto por encima de un adversario al que le costaba salir de su área. El fruto de esta situación llegó nada más cumplirse el primer cuarto de hora cuando, tras una superioridad por la banda derecha, Joselu remachó al fondo de las mallas un centro de Seoane.

Fue un gol que tranquilizó un tanto la situación de un encuentro en el que, a pesar de que apenas hubo ocasiones de gol, casi todas fueron para el Racing. Enfrente, el Compostela se limitó a un remate desde la frontal que Diego Rivas detuvo con apuros, pero que no impidió que al descanso el resultado fuese el de mínima ventaja para los locales.

Igualada
No fue muy diferente el inicio de la segunda parte al de la primera. Si acaso, la escuadra local parecía estar un poco más cómoda sobre el terreno de juego, aunque su rival había adelantado sus líneas. Sin embargo, una acción puntual se tradujo en un penalti por manos de Yeferson Quintana que, convertido por Pablo Antas, puso el empate en el marcador del encuentro de ayer.

En este nuevo decorado, el partido se volvió más de ida y vuelta, aunque sin grandes ocasiones para ninguno. Incluso al Racing se le pusieron más difíciles las cosas cuando, a falta de diez minutos para el final del partido, el colegiado expulsó a Álex López tras mostrarle su segunda amarilla. La inferioridad numérica “invitó” al Racing a apostar por mantener el empate como mal menor, aunque incluso dispuso de la ocasión de marcar su segundo tanto en una acción en la que Peñaloza disparó alto una pelota suelta. Por contra, el Compostela ya tenía suficiente con la igualada y pasó los últimos minutos esforzándose en no perder para seguir su racha.

Un tropiezo inesperado

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