Tríada local en la selección

Tríada local en la selección
Barro –izq.–, con una de sus entrenadoras, Feli Rodríguez | d. a.

Sevilla y Sierra Nevada. Esos serán los puntos en los que a partir del domingo comiencen a “crearse” los próximos combinados juvenil y absoluto de remo olímpico. Una jornada en la que dará comienzo la primera de las concentraciones de esta campaña de estas se­lecciones, prolongándose hasta el sábado, y en las que estarán presentes Joaquín Montero y Borja Souto, del Club Cedeira, y Malena Barro, del San Felipe de Ferrol. 


Para el remero absoluto Montero no será, ni mucho menos, su “primera vez” con el combinado nacional, con el que ya ha disputado varias regatas, si bien en esta ocasión el local buscará en Granada poner la primera piedra en su camino hacia los Juegos Olímpicos de Tokio. Una tarea para la que, incluso, se ha mudado al centro de alto rendimiento de Sevilla, a una concentración permanente en la que asimismo ya sabe lo que es estar. 


El relevo de Montero se puede ver en el juvenil Borja Souto, compañero de club desde hace pocos meses y que, precisamente, formará en la capital andaluza en su primera llamada de cara a entrar en un exigente combinado nacional. Una experiencia en la que también estará la ferrolana del San Felipe Malena Barro, asimismo juvenil de primer año, con la intención ambos de continuar con el buen trabajo mostrado en el test previo –sobre 6.000 metros en remoergómetro– y seguir abriendo puertas hacia la selección española.

Malena Barro: “Vi que podía más, lo di todo y lo conseguí

”En su segundo año en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra, la ferrolana Malena Barro Casanova, de 16 años, se imagina su futuro ligado a una disciplina que, de momento, este domingo le permitirá llamar a las puertas del equipo nacional junior. 


Un billete para el que, al igual que el numeroso grupo de aspirantes, luchó sobre un remoergómetro en una distancia de 6.000 metros, y que consiguió  con creces, rebajando en dos segundos el tiempo establecido por la Federación. “Iba con esa meta –la de cumplir el registro–, pero vi que podía más, lo di todo y conseguí bajar más el tiempo”, comenta Barro, poco antes de volver a montarse en un autobús que la llevará de regreso a la que es su casa por segunda temporada, Pontevedra. “Me costó irme de aquí, allí tenía que estudiar sola y a veces tenía que llamar a mi madre para que me explicase algunas cosas”, recuerda la remera del San Felipe, “es muy complicado vivir lejos, porque pierdes casi todo el fin de semana en el bus”. Un esfuerzo que todavía es mayor en este segundo año, tanto a nivel deportivo como académico. “Ahora estoy entrenando más porque subo de categoría, hago más metros... Y los estudios también, cada vez es más complicado”, comenta Barro, que no ha cambiado su sistema de entrenamientos tras la llamada de la Federación para acudir a Sevilla. 


“No sé cómo va a ser la concentración. Lucharé por estar en la siguiente, que será con una regata por marzo, porque no solo es remoergómetro, también tienen que ver cómo andas en el agua”, explica la del San Felipe, “además, soy juvenil de primer año y es muy bueno que siendo de esta categoría me hayan llamado, porque es la primera vez que haces esos metros”, añade satisfecha la ferrolana. Esta futura estudiante de Educación Infantil –y que ahora ayuda a su entrenadora Feli Rodríguez a enseñar a remar a otros canteranos– ha sacado partido a los seis años que suma en esta disciplina, en la que empezó con su hermana Carmela en un campamento de verano del San Felipe. Volvió en invierno y en su primer Nacional alevín fue quinta. Ya había, y hay,  madera.

Borja Souto: “Cuando probé el banco móvil supe que quería eso”

Tres exámenes, uno de Lengua Gallega, otro de Lengua Castellana y de Física y Química separan al aresano Borja Souto Prego –Remo Cedeira– de su maleta para poner rumbo a su primera experiencia con el combinado nacional juvenil de banco móvil en Sevilla. Una disciplina, la del remo, que este aresano de 16 años probó con nueve “pero durante poco tiempo, aunque ya sabía que me gustaba”, comentaba el de la villa, que después lo dejó para “picar” otros deportes, si bien terminó regresando al Remo Ares de manera definitiva hace tres años. 


“Estaba contento en el club, pero hacíamos una parte muy pequeña de banco móvil y yo era ahí donde me lo pasaba genial”, explica Souto, “el banco fijo me gusta pero cuando probé el móvil pensé: esto es lo que quiero hacer”. Y lo hace. Desde el pasado mes de mayo con la indumentaria del Cedeira, a donde va a entrenar, “pero no todos los días”, como apunta, “solo si tengo que salir al agua. El resto del trabajo es un poco raro, porque en el desván de casa de mis abuelos tengo un gimnasio montado –me compré un remoergómetro, tengo un rodillo para la bicicleta, pesas...– y entreno allí el físico, siguiendo el programa que me envía Chema –su entrenador–”. Y funciona. 


Buena prueba de ello es la llamada por parte de la Federación tras superar con éxito el test sobre 6.000 metros y eso que "nunca había remado una distancia tan larga y no sabía muy bien la media que podía llevar, y al final lo hice. Era difícil poder conseguirlo", añade el de Ares. Pero lo hizo, y ahora formará junto con otros quince seleccionados en la capital andaluza de cara a seguir dando pasos en esa dirección. “Habrá mucha gente buena allí”, comenta, “será difícil destacar”. Si bien el aresano ya ha metido la cabeza entre los mejores de España y le queda demostrarlo en la dura semana que les espera de trabajo. 


Mientras tanto, Souto disfruta de una disciplina en la que “voy a seguir mientras disfrute y me lo pase bien. Si veo que algún día no lo estoy haciendo, por obligación no voy a seguir. Lo hago porque me gusta”, sentencia.

 

 

 

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