La solidez del Racing atrás tiene un nombre: Diego Rivas

La solidez del Racing atrás tiene un nombre: Diego Rivas
Diego Rivas atrapa un balón durante el primer partido de liga en A Malata ante el Pontevedra | Jorge Meis

La primera victoria del Racing esta temporada en partido oficial llegó acompañada de un aspecto vital en la línea de juego que Emilio Larraz pretende para su equipo: la solidez defensiva, reflejada el domingo en una portería que –por fin– quedó a cero después de dos encuentros en los que el equipo encajó demasiados goles.

Al margen de las sensaciones que el cuadro verde desprendiese atrás, si hay un responsable claro de que el Racing no encajase en Barreiro ese es el meta Diego Rívas quien, además de detener un lanzamiento de penalti en un momento clave del partido, realizó varias intervenciones de mérito que privaron al Celta B de marcar. “Al final, para eso estamos –argumenta–. Somos (los porteros) el último jugador que tiene que intervenir en las acciones defensivas y cuando lo haces con acierto es para estar contento, pero sabiendo que es nuestro trabajo”, insiste el futbolista naronés. 

El primer día de trabajo tras ese triunfo llegó acompañado de más optimismo que en jornadas previas, pero también cargado de buenas dosis de reflexión y, sobre todo, la asunción de que la del domingo “va a ser la dinámica de toda la temporada: partidos muy igualados, independientemente de con quién juegues, en los que los pequeños detalles pueden resultar claves”, advierte Diego Rivas. Unos detalles que, a diferencia de lo que sucedió ante el Pontevedra, “esta vez gestionamos mejor. Dentro de un partido hay muchos partidos y hay que saber competirlos todos. Nosotros, como todos los equipos, tenemos nuestros puntos fuertes, que hay que aprovechar; pero también hay que saber pasar los momentos difíciles juntos”. 

Y aunque construir desde las victorias siempre es más fácil, Diego Rivas insiste en que el Racing tiene todavía mucho margen de mejora: "Queremos ser verticales y hacer daño al rival, jugar por bandas y ser incisivos. Pero a veces vamos a tener que hacerlo con un juego más directo y otras moviendo más a los rivales, que salgan de su zona de presión y tengan que saltar la nuestra para buscar su espalda", razona. 

Y por eso, porque todavía quedan "muchos defectos que pulir", el guardameta insiste en que hay que olvidar ya la victoria, seguir trabajando y "saber que lo que hicimos ayer ya no sirve de nada para lo que tenemos por delante. Así que hay que poner la mirada ya en el siguiente partido".

Satisfacción doble
"Sabía que Solís es un jugador muy técnico, que trata de aguantar, así que hay que entrar en el juego psicológico de aguantar un poco más para intuir por dónde van sus engaños y acertar el lado. Aunque tampoco es que fuese un tiro muy esquinado", resume Diego Rivas al recordar esa jugada clave en la que detuvo el lanzamiento de penalti.

Para cualquier portero, una acción así es siempre un motivo de satisfacción especial pero que en su caso ayer era doble: por el mérito propio, pero también por el gol determinante de su compañero y amigo Álex López, de quien asegura que “se está esforzando en aportar al equipo todo el futbol que tiene, para adaptarse a lo que el equipo necesita de él, a la categoría, y a esa presión añadida que tienes por ser el estilo de jugador que eres y jugar en tu casa. El año pasado no le salieron las cosas todo lo bien que precisaba, pero esta temporada vamos a ver al Álex López que conocemos”.

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