Da igual cómo sea el partido que juegue que el Racing siempre compite y, muchas veces, gana. Contra el Albacete, más que disputar un encuentro se montó en una montaña rusa en la que pasó por todos los estados posibles para acabar ganando y acercarse más, gracias a los 31 puntos que tiene, a los que estima necesarios para asegurar la permanencia en el fútbo profesional. Y eso, claro, convirtió A Malata en una fiesta aún mayor de la que ya estaba siendo últimemente.

Ya en el calentemiento se le habían puesto mal las cosas al Racing con la lesión de Moi Delgado, cuya vacante fue ocupada por Brais Martínez. Pero cuando no se habían jugado ni cinco minutos se le pusieron aún peor cuando el Albacete se aprovechó de una pérdida de su rival, cuando trataba de sacar la pelota jugada, para montar un ataque cerca del área del adversario que Manu Fuster finalizó con un tiro raso que superó a Cantero para poner por delante a los suyos.

No le sentó nada bien el tanto al equipo ferrolano, que por unos momentos pareció zozobrar ante un rival que seguía generando peligro cada vez que se aproximaba a la portería local, como pasó con un taconazo de Higinio dentro del área que se fue ligeramente desviado. Pero entonces el partido cambió. Una falta excesiva de Ros sobre Vadillo en la banda se saldó con la expulsión del defensa del Albacete, que defender su ventaja, más de una hora, en inferioridad.

En este nuevo decorado ya no hubo duda de que el Racing iba a tener la posesión, así que solo era cuestión de tiempo que empezase a crear ocasiones. Y estas, de hecho, llegaron antes de lo previsto y, además, significaron el empate en el marcacor gracias a un disparo de Josep Señé que se coló en la escuadra de la portería visitante para restablecer el empate. Así que el cuadro verde ya había hecho lo más difícil y, aunque antes del descanso no fue capaz de ponerse en ventaja, amezaba con que la segunda parte se le podía hacer muy larga al cuadro manchego para sacar algo positivo.

Golpes

Pero, aunque el Racing trató  de hacerse más ofensivo con los dos cambios que realizó, las cosas volvieron a ponérsele rápidamente en contra con el gol marcado por Dani Escriche a la salida de un córner. Al menos, el cuadro verde encajó este golpe con la naturalidad de saber que aún quedaba mucho por jugarse y que tenía la ventaja de estar en superoridad numérica. Por eso no perdió la paciencia a la hora de atacar a la portería visitante y primero empató gracias al tanto inicial de Sabin Merino y luego se puso por delante, por primera vez, al aprovechar Carlos Vicene el rechace del meta.

Sin embargo, cuando más invitaba la situación a que el partido se tranquilizase, en realidad se instaló en una locura que hizo que los goles fuesen cayendo en una y otra portería –con especial presencia de Sabin Merino, que se fue con tres tantos en su cuenta– para que el partido se resolviese con la victoria racinguista y delirio en A Malata, un estadio que ve cómo su equipo se acerca cada vez mas a la permanencia, pero que mira del reojo el sueño de subir a Primera