“Uno de mis proyectos es dar clases de boxeo infantil”

“Uno de mis proyectos es dar clases de boxeo infantil”
Manolo Mayobre boxeador

La presencia de los púgiles del Bunkai Sport Laura Méndez y Aitor Mayobre en las recientes citas autonómicas ha puesto de nuevo el foco sobre un deporte que vuelve a tomar fuerza en la comarca, el boxeo. Una disciplina en la que comenzó hace cinco años, tras una larga carrera en el kickboxing, el local Manolo Mayobre, entrenador de ambas modalidades en esta entidad ferrolana.
El ferrolano suma en su currículum la titulación de grado 1 con la que ejercer de profesor, mientras que en este curso está realizando la del grupo 2, la máxima que existe, junto con el también entrenador local Jorge Cendán, del Kick Narón, como formador de formadores. “Somos la primera promoción de este nivel, ahora solo nos queda el último tramo, el bloque común”, comenta el entrenador del Bunkai, “empeñado” en que esta disciplina asome de nuevo la cabeza en Ferrol y comarca. “Aquí aún está arrancando. Hay mucha actividad de artes marciales, incluso de kickboxing, pero no de boxeo. Los que compiten son prácticamente novatos, nivel amateur”, analiza Mayobre, “en femenino, creo que la primera chica ferrolana que peleó es mi alumna –por Laura–. Aunque ya es veterana, está con muchas ganas, entrena duro y lo hace bien”.

Promoción
Un primer paso a la competición al que pone la alfombra roja una Federación Autonómica que, en los últimos tiempos, ha dado empuje a las citas de promoción, en las que “te subes al ring con una persona que está igual que tú. No es como antes, que te apuntabas a un Gallego y te podías ver con uno que llevaba diez peleas y tu dos”, recuerda el preparador, “y después seguir adelante se hace duro, aunque yo le digo a los chavales que eso es lo que te hace guerrero”. Aprender de los errores, de cada combate y continuar por el camino es una de la premisas de Mayobre que anima a los más jóvenes a “probar, siempre dentro de unos límites”, aclara. Y hacerlo es ahora más fácil con los calendarios del ente federativo, en unas competiciones que han pasado de contar con cuatro o cinco púgiles inscritos por peso a “diez o doce” en el último de promesas.
Una ascensión que llega tanto por el trabajo por parte de la Federación como de los clubes gallegos y de sus deportistas. “Muchas veces hace falta que compita el primero para que los demás se animen”, comenta, “que vean el ambiente, la preparación específica de los que van a competir y ya allí es diferente si vais dos o tres que uno. Tus compañeros te apoyan, compartes experiencias”. Un camino hacia unos resultados que, de momento, no preocupan a Mayobre, cuyo principal objetivo es el de hacer cantera, “coger una buena base y que tengan experiencia. Si tienen que llegar, llegarán”, comenta tranquilo ya que su meta es la de realizar un buen trabajo y plantar la semilla del boxeo en sus alumnos y en la ciudad.
Un foco hacia los más jóvenes en el que se centra su principal proyecto, el de empezar con clases de boxeo infantil. “Lo tengo en mente, viendo el buen trabajo que se está haciendo en otros gimnasios de Galicia. Además hay competiciones “no contact”, con pruebas de salto a la comba, pegar al saco, a las manoplas... “. Un trabajo para el que, evidentemente, Mayobre necesitaría una mayor infraestructura humana, para lo que ya está trabajando de cara a “captar” a alguno de sus pupilos para “quitarse titulaciones y echar una mano. Estoy muy implicado y, la verdad, me gustaría que saliese adelante”. Y es que en otras disciplinas, como las artes marciales, el inicio en el deporte es desde muy jóvenes, un paso que todavía no se ha dado aquí. Sí que lo han hecho los más “mayores”, a los que, sin embargo, les cuesta más dar el paso a verse las caras con otros rivales en el ring. “De momento hay más practicantes que competidores”, analiza el entrenador, ya que dar ese paso “impone y hace falta mucho trabajo, confianza en ti mismo y en tu preparador”.

Prejuicios
Mayobre, que llegó a estas disciplinas tras un breve paso por el judo en su etapa infantil y juvenil y posteriormente por el kung fu, encontró su sitio –primero como deportista y ahora como preparador– en el kickboxing y en el boxeo que ahora enseña. Una disciplina, esta última, rodeada de cierto halo de prejuicios a los que siempre hacer frente si no la conoces. “Cuando llegas a una velada lo que ves es a dos boxeadores pegándose y ahí hay gente que entiende que están evaluando el combate y otros que no lo hace y que solo están vociferando”, cuenta el técnico, “todo lo que hay detrás es otro mundo. Una persona que entré en un gimnasio lo primero que le van a enseñar es a posicionarse, desplazarse, defensa, los primeros golpes... y de ahí a dar el primer golpe en combate con un compañero hay todo un proceso”.
Más allá de la violencia aparente de la disciplina, el boxeo “es un deporte muy noble, aunque a la gente le parezca que no. Pocas veces verás terminar un combate y que los contrincantes no vayan a saludarse, siempre hay un respeto máximo. Somos competidores en el ring pero después amigos, siempre se lo digo a mis alumnos”. Si bien, y como él mismo apunta, siempre aparece alguna “mala hierba”, aunque estás no suelen aguantar. “Si quieres demostrar algo personal, súbete al ring”, analiza Mayobre, “para mi el boxeo es un deporte, no es algo para que se salga por ahí a pegarse. Les digo que se vayan a otro lado”.
Y es que la práctica de este deportes conlleva asimismo una gran capacidad de sufrimiento, como comenta el técnico del Bunkai. “Hay un proceso para aprender a aguantar los golpes Una preparación física general, la específica, con trabajos más orientados al golpeo, a la defensa, a los deplazamientos... eso lo pasas a nivel sparring, hasta que llegas al trabajo totalmente de competición. Te metes dentro del ring y la cosa va de menos a más. Y el cuerpo se va acostumbrando. Las reacciones del cuerpo se van acostumbrando. Cuando te lanzan el primer golpe en tu vida lo que haces es esto (protegerte) y luego te acostumbras a ver hacia donde van los golpes que te vienen. Con la adrenalina que tienes encima del ring, no te enteras de los golpes. Después cuando te bajas ahí sí que los sientes”, comenta entre risas. Pero, ¿cómo se consigue?. Fácil. “Porque amas el deporte, no te lo planteas, es así, vas aprendiendo”.

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