La Minicopa de España espera a André Romero

La Minicopa de España espera a André Romero
Entrevista André Basket School

Desde su 1,90 de altura, André  Romero mira la vida con los ojos de quien ha tenido que madurar deportivamente a marchas forzadas. Hoy mismo pone rumbo a Valencia, donde a partir de mañana disputará con el Cenor Obradoiro la fase previa de la Minicopa de España. Un torneo infantil que concita a muchos de los que serán los protagonistas del baloncesto nacional en apenas una década y que para el joven departamental supone el mayor hito de su incipiente carrera deportiva.  

De hecho, jugar esta competición que congrega a algunas de las canteras de los equipos de la Liga ACB fue el aliciente que lo llevó a decantarse por la escuadra compostelana cuando, hace unos meses, su trayectoria baloncestística fue un paso más allá. 

Y es que, aunque André solo tiene trece años, la superioridad física y técnica que manifiesta respecto a sus coetáneos es tal que siempre ha resultado complicado encajarlo en la categoría que por edad le correspondía. Por eso, la dirección técnica del Basket School, club en el que se ha formado desde los cinco años, ha procurado en este tiempo que, sin perder de vista a sus compañeros generacionales, el joven pudiese desplegar todo su potencial bregándose con jugadores de mayor edad. Esta campaña compite con el equipo ferrolano en la Liga Gallega cadete, pero como la entidad no contaba con escuadra infantil a nivel autonómico, Romero actúa también como vinculado con el conjunto de su edad del Obradoiro. 

Lo cierto es que cuando esta puerta se abrió, su primera apuesta era el Estudiantes de Lugo, "que tiene un nivel parejo", explica André, pero "apareció la opción del Obradoiro, barajamos los pros y los contras y me convenció poder jugar la Minicopa”. 

Este nuevo escenario ha incentivado su crecimiento deportivo, lo ha obligado a asumir “nuevos roles, porque en Ferrol era el que cortaba el bacalao, pero en Santiago me he tenido que adaptar a un nuevo equipo”, y también lo ha llevado a un mayor nivel de exigencia: “Físicamente no domino tanto y tengo que aprender mucho, pero cada vez me entero mejor del juego y me veo bien”. 

Experiencia
La experiencia le está ayudando a madurar a todos los niveles dentro de la cancha, también a organizarse mejor fuera de ella. Académicamente no ha sido un cambio radical en cuanto a su rutina, pero sí lo ha obligado a él y a su familia a hacer un esfuerzo importante –acude como mínimo un día a la semana a Santiago–  para que pueda seguir dando pasos en firme en una disciplina que lo apasiona –aunque su madre, Eva Veiga, le recuerde siempre que hay vida más allá del baloncesto– y en la que no quiere desaprovechar la oportunidad que se le ha presentado. 

Ahora, su cabeza está puesta de lleno en esa previa de la Minicopa, que espera con "ilusión y muchas ganas". El Obradoiro, encuadrado en el grupo C, se medirá con el Cajasiete Canarias, el Casademont Zaragoza y el Manresa. El primer clasificado accederá directamente a la fase final del torneo, mientras que el segundo se medirá con los equipos situados en ese mismo puesto en los otros tres grupos para luchar por las dos últimas vacantes. "No vamos con una meta clara. Queremos pasarlo bien y jugar al baloncesto como sabemos", reconoce, "podemos pasar de primeros o quedar últimos. Puede pasar cualquier cosa”. 

Será un paréntesis antes de volver a la competición doméstica, a su doble vida a caballo entre los infantiles del Obradoiro y los cadetes del Basket School, su club, el de siempre, que para él siguen siendo una de sus máximas prioridades.

La Minicopa de España espera a André Romero

Te puede interesar