Irreductible incluso en la derrota

Irreductible incluso  en la derrota
Baloncesto femenino Star Center Uni Ferrol contra Perfumerías Avenida Salamanca

Lo llevan en el ADN. El Star Center Uni Ferrol es ese equipo que no baja los brazos ni cuando pierde de cuarenta y la suya esa afición que lo jalea sin mirar siquiera al marcador. Y juntos han vuelto a lidiar como pudieron con un auténtico Miura, un Perfumerías Avenida al que la liga nacional se le ha quedado pequeña. Forzar el tercer partido de semifinales resultaba utópico y esta vez la lógica le ganó la partida al conjunto ferrolano. 

Las pupilas de Lino López aguantaron al campeón lo que les duraron unas fuerzas de las que a estas alturas de la temporada andaban muy escasas. Porque, al final, por mucho que la cabeza quiera, si las piernas no responden hay poco que hacer y menos cuando enfrente te encuentras a un enemigo de esos que nunca hace prisioneros. 

El Star Center Uni Ferrol planteó un partido mucho más agresivo que el primero de semifinales en Salamanca. Con más intensidad, las ferrolanas no dejaron que el Perfumerías Avenida anotase en esos primeros minutos con tanta facilidad como entonces. Además, con mejor disposición reboteadora, el conjunto anfitrión pudo imprimir a su juego mayor ritmo y encarar con acierto el aro. Fue un buen arranque, sin duda, y el equipo ferrolano llegó a tomar la iniciativa (12-9) con un triple de María Pérez Araújo. 

La participativa Scott, con mucho acierto en los lanzamientos y “rebañando” varios rebotes ofensivos, capitaneó a ese conjunto que llegó a la recta final del primer cuarto con empate a 17 puntos. 

El problema es que, cuando el Perfumerías Avenida está “enchufado” –y está claro que en estas semifinales lo estaba–, no te permite ni el más mínimo desliz. Un momento que te despistes, un par de ataques que no resuelvas, un balón que se te escape y te la arman. Y en un visto y no visto, entre el final de ese parcial y el arranque del siguiente, las salmantinas se hicieron con la iniciativa del partido.


Las de Miguel Ángel Ortega no dejaron siquiera madurar al Star Center, fueron de frente a por él, atosigándolo con una defensa, por momentos a toda cancha, que bloqueó al cuadro ferrolano. No era una acción puntual, ni una disposición táctica concreta, era el sentir el contacto en cada jugada, el “tacteo” constante, el no tener ni una milésima de segundo para pensar lo que fue desgastando al Uni Ferrol. ¿Cuánto de ilegal en muchas de sus acciones? Esa es otra historia.


Sea como fuere, y porque en el Avenida da igual quién juegue que la intensidad nunca decae, al Star Center le fueron cayendo los puntos como losas. Puede que en otro momento de la temporada y ante otro rival, la historia hubiese sido otra, pero ayer al cuadro departamental apenas le quedaban arrestos para nada y el partido se le hizo muy cuesta arriba. De Souza y Robinson se pusieron las botas aprovechando su superioridad física y, para colmo de males, Scott, la más entonada de cara al aro rival, tuvo que retirarse en el minuto 13 con tres personales. No estuvo mucho tiempo en el banco. Con un atasco ofensivo importante y dieciséis puntos abajo (19-35), las ferrolanas no se podían permitir prescindir de la jugadora en ese momento más inspirada. De morir, hacerlo matando. 

Pero ni el regreso a la pista de la canadiense logró reconducir las cosas para un Star Center Uni Ferrol que llegó al descanso con el partido casi sentenciado (25-44). 

La realidad del Uni Ferrol a estas alturas de la campaña es la que es, pero hay que reconocer que el baloncesto no ha sido justo con el cuadro de Lino López en estas semifinales. Lo ha sometido a un castigo innecesario y, sobre todo, inmerecido. Todo lo que le podía salir mal le salió peor al cuadro ferrolano en un tercer cuarto nefasto. Solo dos datos: el Uni se pasó más de siete minutos sin marcar y, al final, de los seis puntos que logró en ese cuarto solo dos fueron en juego. Y el Avenida, a lo suyo, otra vez cuarenta arriba.

O eso decía el marcador, porque para los casi mil ferrolanos congregados en Esteiro daban igual cuarenta abajo que uno arriba. Su incondicional apoyo al equipo en esos últimos diez minutos y la visceral respuesta de este –llegó a ganar el último cuarto (28-22)– fue la única y última historia para contar de la temporada. 

Se cierra el telón por ahora.. con la esperanza de que se pueda volver a repetir. l

Irreductible incluso en la derrota

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