El Intasa cae ante su propio reflejo en Cantabria

El Intasa cayó ayer ante su propio reflejo. Un reflejo de lo que puede llegar a ser, pero cuyo camino todavía está recorriendo. Los de San Sadurniño parecían luchar contra un espejo en un primer set que resultó épico (32-30) en el pequeño pabellón de Cabezón de la Sal –y aún así más grande que el de los visitantes–, y asimismo decisivo como posteriormente se vería según caían los puntos. Con un Fran Fernández explosivo, los saques de Girard y Marcos Blanco y la excepcional actuación del líbero Pakito –en un momento del partido el público local se levantó para aplaudir su actuación–, el Intasa volvió a ser aquel que sumó dos victorias seguidas en el inicio liguero. ¿El problema? Que enfrente tenía a su propia versión 2.0, un San Sadurniño “tuneado” que supo aprovechar los errores de los de Suárez. Y es que el Intasa contó con tres bolas para anotarse esta primera manga, que desaparecieron fruto de sus propios fallos y del empuje de su rival. 

Un golpe duro, mucho, para los visitantes que siguieron analizando lo ocurrido sobre la pista también durante el segundo set. Una manga en la que los de San Sadurniño se quedaron anclados en ese 21-24 en el que podían haberse anotado el 0-1, mientras que la Textil Santanderina seguía avanzando en el partido para colocar el segundo en su marcador con un abultado 25-11. El Intasa salió de su letargo en una tercera manga en la que volvieron los destellos de los peleones azules –porque en la tarde de ayer los “cabezones” fueron, a todos los niveles, los cántabros–. Entre grandes aciertos y claros errores de unos y otros, los de Suárez no conseguían despegarse de su rival, sumando pequeñas rentas que la Santanderina neutralizaba. Hasta el 22-22. Aquí sí que supieron cerrar el set los de San Sadurniño, dando así esperanzas al numeroso grupo de aficionados locales que acudieron a ver el duelo (22-25). Pero hasta aquí llegó la pelea contra el espejo. El Intasa no fue capaz de mantener ese nivel que hacía presagiar, al menos, el regreso a casa con un punto y, de nuevo, la mayor fortuna, empuje y decisión de los anfitriones pudo con la pelea consigo mismos de los de Suárez, que solo en el inicio del set tuvieron opciones. El triunfo se quedó así en una cancha en la que sus dueños suman cinco de cinco, y con razón.