El Racing ya está al mando

El Racing ya está al mando
estadio de A Malata, fútbol entre el Racing y el Ribadumia

Líder del grupo 1 y campeón de invierno. Todo eso se llevó ayer el Racing frente al Ribadumia con una victoria que, aunque el marcador dice que fue ajustada, lo visto sobre el terreno de juego indica que no lo fue tanto. Al equipo ferrolano, sin embargo, le faltó ayer la efectividad que sí tuvo otras veces y eso hizo que el marcador permaneciese abierto hasta el tramo final. Ahí, en vista de que se le presentaba la oportunidad de sumar algo en A Malata, el cuadro visitante se lanzó en busca del empate, pero tampoco fue capaz de poner realmente en entredicho el triunfo racinguista.


Desde el primer minuto no hubo dudas acerca del dominio del Racing que, además, con el paso de los minutos se fue haciendo más intenso. Pero al equipo ferrolano, que se pasó casi toda la primera parte cerca de la portería del Ribadumia, siempre le faltó un par de centímetros para que los pases que debían ser el preludio de su gol llegasen a buen puerto. Por eso no fue capaz de traducir su dominio en gol, aunque al menos consiguió que su rival no fuese capaz de acercase a su portería en toda la primera parte.

Pero tanto fue el cántaro a la fuente que el final se rompió. Cuando parecía que el partido iba a llegar al descanso con el empate inicial, una recuperación de Marcos Álvarez a la salida de balón del cuadro visitante acabó con la pelota a pies de Juan Antonio que, delante de la portería contraria, tuvo la tranquilidad para marcar por bajo y adelantar al equipo ferrolano.

Sentencia
Empezó la segunda parte de una manera casi idéntica a la manera en la que había discurrido la primera. Si acaso, con más ocasiones para un Racing que estuvo a punto de aumentar su renta –sobre todo después de un disparo al poste de Pablo Rey tras el pase de Juan Antonio–. Eso sí, con un rival con más ganas de hacer daño de lo que había hecho hasta ese momento, porque apenas se había acercado a la portería contraria.

Así, a veinte minutos para el final, con un solo gol de diferencia en el marcador y con el Racing teniendo que dar refresco a su equipo titular con juveniles, el Ribadumia vio la puerta abierta para tratar de sacar algo positivo. Eso hizo que llegase con más frecuencia a la portería local –incluido un tanto anulado por una falta previa–. El cuadro pontevedrés, incluso, dispuso de un par de lanzamientos para lograr el empate, pero los disparos de Hugo Soto y Tomás Abelleira se toparon con la seguridad de Diego Rivas. Así que la victoria racinguista no corrió demasiado peligro.

Con ella, además, el cuadro verde consigue dos objetivos que le dan confianza de cara al futuro próximo.

El Racing ya está al mando

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