Donde hay Teruel, ni el San Sadurniño sorprende

Un grupo turolense que pasó de formar con un equipo “menos habitual” –como señaló su técnico, que no suplentes– a, poco a poco, ir incorporando a los más habituales al juego conforme iban avanzando los puntos. 

Y es que los de Charly Suárez comenzaron con un 0-3 que, una vez más, hacía presagiar un “maratón” de voleibol en tierras de Teruel. Los anfitriones tuvieron que echar el resto, con Colito armando el brazo como máximo artillero, para igualar, y ponerse por delante por primera vez en el set con un 15-14, y tras un tiempo muerto de su entrenador. Este giro en el marcador llevó a otra “pausa” por parte de Suárez y, a partir de ahí, errores de saque, buenos y malos bloqueos y remates por ambas partes ponían más nerviosos a los locales que a los de San Sadurniño, más acostumbrados a remar contracorriente. No fue hasta el 23-21 cuando el Teruel “despegó”, ayudado también por los errores visitantes, para anotarse el 1-0. 

Un resbalón que pareció pasar factura, y mucha, al Intasa, y dar alas al “león” turolense. Los fallos de los de San Sadurniño sirvieron para ir engrosando la cuenta de puntos de los locales hasta un 10-4, manteniendo una renta de siete puntos durante buena parte de la manga. Con el 23-16 en el electrónico, la suerte parecía ya echada para los “peleones” visitantes, pero, una vez más, el Intasa se levantó, se quitó el polvo, y la presión de cerrar la manga fue, sorprendentemente, demasiada para el Teruel,. Cinco puntos consecutivos de los jugadores visitantes, eso sí, con un Colito en esta ocasión muy “fallón”, llevó al 24-21. Los turolenses no dieron tiempo a la épica de San Sadurniño y cerraron el set en la siguiente jugada. 2-0. Fran Fernández, Baranov, Vitali, Uxío, Parga, Uxío, Pakito... todos remaron, coleando hasta el final ante un campeón liguero que tiró de sus grandes nombres y, a pesar de lo cual, estuvo contra las cuerdas durante muchos minutos, sin poder perder de vista al Intasa hasta el 20-18. La cola del león protagonizó sus últimos golpes, si bien con cierta sensación agridulce de, al menos, poder haberse anotado alguno de los sets y dejar de ser una revelación para comenzar a ser una realidad.