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viernes | 19 abril | 2024
La virtualización de la experiencia humana es un fenómeno que lleva décadas de afianzamiento, y que no es excluyente de estos tiempos de pandemia, aunque sus mecanismos parecen haberse acelerado. Entre las innumerables actividades que han sido absorbidas por la web, se cuentan los juegos de azar.
Si bien el porcentaje de apuestas online es mínima en comparación con los casinos tradicionales, esta industria ha crecido sostenidamente a lo largo de muchos años. Se puede encontrar un análisis y evaluación de los casinos online en la página estafa.info.
A pesar de su proyección optimista en el mercado, los casinos online han tenido algunos desencuentro con las autoridades del país. Es que el gobierno de Pedro Sánchez estableció una postura contraria a los intereses de la banca desde su toma de mandato.
En el pacto firmado entre el PSOE y Unidas Podemos, se acordó tomar medidas que fueran funcionales a proteger a los sectores más vulnerados por el juego y a prevenir las apuestas entre la juventud. El primer objetivo está relacionado con los índices de ludopatía en el país, que el gobierno espera bajar; el segundo, está vinculado a las estadísticas de la DGOJ (Dirección General de Ordenación del Juego, entidad perteneciente al Ministerio de Hacienda), que indican que la mayoría de los apostadores se inicia en la práctica antes de alcanzar la mayoría de edad, y con el correr del tiempo suelen invertir cada vez más dinero en esta actividad.
Entre las medidas que se tomaron antes de la pandemia, se incluye la prohibición de presentar publicidades de casas de apuestas en complejos deportivos donde participen menores de edad; esto incluyó la clausura de algunos centros que no se adecuaron a la normativa.
Así pues, cuando se desató la pandemia, las relaciones entre los representantes de la banca y el gobierno no estaban en su mejor momento. Con el enclaustramiento obligatorio, empero, se esperó que el público que generalmente apostaba en los casinos tradicionales migrara al sector online. Así fue que, durante el primer tiempo del confinamiento, los casinos online vieron un incremento significativo en su número de usuarios. Eso resulta sumamente relevante, ya que estas plataformas miden su incremento según la cantidad de nuevos usuarios: el flujo permanente de miembros y la renovación de los jugadores es la herramienta primordial de su crecimiento. No obstante, con la suspensión de los eventos deportivos en todo el mundo, se vio una caída drástica en las casas de apuestas, lo cual tuvo su efecto en los casinos online, por ser industrias emparentadas.
Quizás el problema más grande para los casinos online se debió a lo estipulado en el Real Decreto-ley 11/2020 (ya derogado), en el que se establecía la prohibición de realizar publicidad de juego online. La finalidad de la medida era proteger al público más vulnerable que, aislado y bajo los efectos de un confinamiento prolongado, estaba en riesgo de hacer un mal uso de las apuestas virtuales.
Los representantes del sector se mostraron muy disconformes con la medida. En declaraciones públicas, expresaron que el gobierno pareciera no tener en cuenta los esfuerzos que las empresas realizan por brindar un servicio ético y legal.
Inmediatamente después de la cancelación de todo el aparato publicitario, se vio una caída notable en el flujo de usuarios y en las ganancias de los casinos online. Desde el gobierno, se explicó que la decisión estaba basada en la protección de la salud psicológica del pueblo español, y por lo tanto la medida no era negociable.
Con la derogación del decreto 11/2020, la actividad de la banca online se retomó como antes. Si bien el sector ha sufrido caídas, se espera que sus índices repunten en el mediano plazo.
No obstante, aun cuando el juego online prospere, se debe tener en cuenta que forma parte de un sistema mayor, que ha entrado en una recesión histórica, con pérdidas de más de un millón de puestos de trabajo en España. Como parte de ese sistema, la banca online deberá medir sus expectativas y amoldarse al espíritu de los tiempos que le tocan transcurrir, en una sociedad con menos poder adquisitivo.
