La revolución del transporte urbano comienza con el patinete

La revolución del transporte urbano comienza con el patinete
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El cuidado del medio ambiente ha pasado de ser una asignatura optativa a algo obligatorio para el ciudadano. Con los avances conseguidos en los últimos años y el uso, y abuso, de aparatos que causan emisiones, los cambios a nivel climático y ambiental están comenzando a arrojar a la cara de muchos un problema que lleva años siendo latente y que apunta a explotar de un momento a otro con unas consecuencias poco benevolentes para nosotros y el resto de seres vivos.

A consecuencia, se han fomentado multitud de iniciativas que quieren reducir las emisiones en las ciudades, sobre todo en aquellas con una mayor densidad de población. Muchos conocerán ya casos como el de la capital madrileña, cuando comenzó a restringir el tráfico de vehículos en determinados días en función de la numeración de su matrícula para reducir los gases nocivos en el aire. Fue una medida extrema, pero en pos de conseguir que la población pudiera respirar algo que no perjudicara a su organismo.

Desgraciadamente, actos como este se erigen como pequeños casos puntuales, y lo que realmente se necesita es un cambio de raíz. El transporte urbano es uno de los sectores que deben cambiar su funcionamiento, y es que la mayoría de vehículos a motor, al funcionar a base de quemar combustible, lanzan al aire sustancias contaminantes que dañan al entorno. Por eso, las alternativas basadas en la electricidad están cobrando fuerza. Son más limpias, cada vez más eficientes y sus precios están comenzando a normalizarse.

El número de habitantes que recurre a estas nuevas formas de transporte es algo cada vez mayor. Muchos se decantan por opciones como hacerse con una bicicleta para moverse por las calles o desde casa al trabajo, como también por comprar un patinete eléctrico barato para reducir el esfuerzo y ganar en velocidad. Este último es uno de los productos con mayor demanda, y con vistas de ir en aumento. Y es que al mejorarse su autonomía y reducir los tiempos de carga de batería, se mejora su usabilidad y, a consecuencia, su demanda.

Que estos avances hayan llegado a los vehículos ecológicos son solo el fruto de la constante evolución tecnológica de la que somos testigos y partícipes. Las grandes compañías están investigando constantemente para realizar nuevos desarrollos que sirvan para que vehículos eléctricos como estos patinetes hayan dejado de ser considerados juguetes y pasen a ser una alternativa sostenible.

Los resultados están a la vista, las ventas de vehículos eléctricos no dejan de crecer y, ya en marzo de 2017 lograron superar en un 25% a lo registrado en el mismo mes del año anterior. Por eso, cuando hablamos del auge de los patinetes eléctricos, hablamos de algo que tiene vistas de seguir creciendo en compañía de otras tantas formas de transporte que funcionan con métodos diferentes, alternativos y mucho más ecológicos que los tradicionales.

Estas cifras vienen acompañadas de productos mucho más pulidos y perfeccionados que los de antaño. La amplia variedad de vehículos que tenemos a disposición dentro del sector eléctrico ya contempla un catálogo con una relación entre calidad y precio bastante ajustada. A todo esto, también cabe añadir las nuevas prestaciones de las que están disfrutando, algunas incluso superiores a las de otros medios de transporte convencionales. El gran problema de las baterías, por ejemplo, cada vez está quedando más afincado en el olvido. Las nuevas cuentan con unas recargas mucho más rápidas y la autonomía de las baterías se ha multiplicado considerablemente. En resumen, todas estas novedades no hacen más que reforzar la idea de que el camino a seguir está en esta tendencia, y que el transporte urbano tradicional pronto tendrá un relevo.

El usuario interesado ha de saber que una batería eléctrica cargada puede requerir tan solo de un intervalo de unas dos o tres horas, y que los modelos más modernos requieren incluso menos tiempos. En cierto modo, esta necesidad se antoja como algo incluso conveniente para el viajero. Cuando se realiza un trayecto largo, tener que realizar paradas de este tipo ayuda a descansar y reponer fuerzas para seguir en la carretera, consiguiendo algo que hasta afecta a la seguridad vial.

Con todo esto, con esa variedad que abarca desde los ágiles, ligeros y versátiles patinetes eléctricos hasta los robustos coches eléctricos, cada vez hay más y más adeptos de esta nueva corriente del transporte. Ver a alguien montado sobre uno de estos patinetes en una ciudad se está convirtiendo en una estampa más que habitual. La sensación de ser un juguete ha quedado relegada por la sensación de estar ante un medio de transporte rápido, que solo requiere una recarga eléctrica y, por encima de todo, que no contamina.

En definitiva, la alternativa ya está sobre la mesa. Ahora solo queda que siga evolucionando y extendiéndose para convertirse en el nuevo medio principal.

 

La revolución del transporte urbano comienza con el patinete

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