11º-18º
viernes | 19 abril | 2024
En algunas ocasiones, se toma la decisión de iniciar un negocio en Internet, pero no se tiene nada claro qué hacer. A pesar de que se tiene la voluntad firme de crear un negocio en la red, se duda por ejemplo si hay que incluir un blog, crear perfiles en redes sociales, o fundar una tienda online.
Existen también gran cantidad de dudas en relación a si crear una cuenta de online personalizada, o si se puede conseguir un hosting y dominio más barato. Pues bien, la realidad es que a la hora de emprender, es necesario dar una serie de pasos básicos, que serán comunes a cualquier tipo de página. Tan solo de esta manera será posible crear un negocio sólido.
En el caso de que esté claro ya el nombre de la página, en primer lugar habrá que registrar el dominio, de manera que nadie lo pueda usar. Es muy recomendable también reservar varias opciones, si es que no se tiene clara aún la decisión a tomar. La compra y el registro del dominio no es un proceso caro es un único pago, de modo que puede ser una inversión con un retorno fácil.
Teniendo en cuenta que ya más de la mitad del tráfico de Internet se genera mediante los dispositivos móviles, resulta imprescindible que el diseño o la plantilla a utilizar en la web sea responsive.
Es decir, debe adaptarse a todo tipo de pantallas, y verse de manera óptima en los distintos tamaños. Incluso dentro de los dispositivos móviles, las páginas web pueden detectar si se trata de una tabla o de un smartphone. A su vez, estos muestran la información con una vista acorde a su pantalla y navegador.
Resulta primordial tener el website en un hosting económico, que dé la posibilidad de almacenar todos los archivos. Hay que tener en cuenta que a prácticamente cualquier tipo de página web, se suben textos, imágenes, vídeos, etc. Todo lo cual tiene que quedar alojado en un servidor externo.
Si no se sabe si la página tendrá o no una tienda, o cualquier otro apartado que necesite plugins especiales, la mejor opción es elegir aquellos gestores de contenido que den más opciones. La opción más adecuada puede ser aquella que lo sea para la finalidad de la web. El hosting también ofrece mucha información en este apartado, dado que muchos se especializan o aconsejan acerca de este tipo de herramientas o plataformas.
Más importante que el fin del sitio, es que su usabilidad sea práctica para quienes lo visitan. Lo que marca la diferencia entre una web funcional y otra que no lo es, sería la capacidad de llegar al destino deseado dentro de una página web mediante el menor número posible de clics. Este aspecto repercute favorablemente en las conversiones, con independencia de cuál sea el objetivo de estas.
Para que una página web sea accesible, su código ha de ser compatible con los programas utilizados por personas con discapacidad. Se trata de un aspecto que nos siempre tenido en cuenta, y sin embargo resulta más sencillo añadirlo desde cero cuando se monta.
Sin duda, este apartado es bastante obvio cuando se pone en marcha un blog o una web informativa. No obstante, para los negocios online, que tienen otra finalidad, es muy importante también contar con una sección que aporte valor añadido, y que dé al usuario más información sobre productos, tendencias, actualidad, etc.
Esto no solo genera contenidos prácticos y útiles, sino que contribuye a posicionar en Google y generar tráfico, y además resulta trascendental para las estrategias de linkbuilding y marketing de contenidos que, con toda seguridad, acabarán haciéndose en un momento posterior.
Existe también la posibilidad de que, sin saber hacia dónde se dirigirá la web exactamente, no se sepa tampoco en qué redes sociales estar presente. Sin embargo, es muy interesante registrar todos los perfiles que sea posible, para reservar el nombre. Al formarse una estrategia de social media más sólida, se podrán descargar aquellas redes sociales que no resulten funcionales para el tipo de negocio o el público al que este se vaya a dirigir.
A la hora de comunicar los mensajes de una página web, es fundamental que esta cuente con un buen diseño, que sea simple y que destaque. Los colores y la ordenación son aspectos muy importantes de dicho diseño, de manera que cuanto mejor encajen los elementos, más llamará la atención de los usuarios.
