Conde acusa a Endesa de “faltar a o principio de confianza” por el cierre

El conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, criticó ayer la decisión de Endesa de cerrar definitivamente la central de As Pontes, apuntando que esta se tomó de forma “unilateral” y sin tener en cuenta al resto de agentes que conforman la mesa de trabajo para el futuro de la villa, traicionando de este modo el “principio de confianza” con las administraciones. Conde, que apuntó que el ejecutivo autonómico espera “unha rectificación” por parte de la eléctrica, aprovechó la ocasión para demandar al Gobierno central un nuevo encuentro “inmediato” de la mesa de trabajo en la que ambas administraciones puedan realizar su propia evaluación de las pruebas con biocombustibles.

La reacción del conselleiro fue la primera de muchas que se han ido sumando con el paso de las horas desde el anuncio del cierre definitivo por parte de la central. Agentes sociales, políticos, empresariales y sindicales han mostrado su rechazo a una decisión que todos califican de “unilateral”. Si alguien ha sido especialmente crítico, no obstante, ha sido el propio equipo de gobierno de la villa pontesa, que instó al resto de administraciones a “plantar cara” a Endesa en la próxima mesa técnica, que se celebrará la próxima semana”.

El alcalde de la localidad, Valentín González, denunció que el informe presentado por la empresa estaba “cheo de conclusións partidistas” para justificar una decisión tomada “desde facía tempo” y que únicamente sirve para “soliviantar a todas as administracións públicas e a sociedade”. González Formoso aseguró que el Concello ya había “percibido multitude de sinais” de las intenciones de la compañía desde hacía un año, señalando que esta, por ejemplo, se había negado a sustituir el carbón por gas natural para reducir el CO2.

Agentes políticos
Las diferentes formaciones políticas, tanto a nivel local como autonómico, también se sumaron ayer a las voces críticas contra la decisión de Endesa. Además los clásicos ataques mutuos sobre la culpabilidad de la situación, los partidos coincidieron en que la situación de la comarca –teniendo en cuenta también el cierre de Siemens Gamesa y la falta de trabajo en Navantia– era crítica.

El PP de As Pontes, por una parte, adoptó el discurso de la Xunta del pasado lunes, apuntando que era “intolerable” que la empresa “despois de décadas nas que (...) se aproveitou de todos os traballadores que achegaron o seu granito de area, agora os deixe tirados” y que “rompa con todos os compromisos adquiridos”. “Esta é unha decisión improvisada (...) que deixa en evidencia que a dirección da planta sempre tivo claro que ía cerrar a térmica”.

Del mismo modo se expresó el BNG, que tachó de “intolerable” la decisión, calificándola, además, de “unha nova reconversión” y alertando de que “non se pode aceptar o peche desta central mentres non haxa alternativas viables”. Los nacionalistas criticaron también que era la propia empresa quien “marca os tempor e o ritmo”, denunciando, además, que Endesa “ten a autorización para instalar 1.400 megavátios na rede eléctrica (...) e para facer uso dos nós de conexión”.

Por otro lado, la formación Unidas Podemos exigió a la empresa que “sexa transparente cos traballadores e coas administracións” a la hora de hacer públicos los informes de las pruebas realizadas. El partido apuntó que los propios empleados de la térmica habían denunciado “escurantismo” a la hora de realizar las pruebas, alertando de la “vulnerabilidade de consumidores e traballadores” ante una situación de oligarquía empresarial. Ferrol en Común (FeC), por su parte, lamentó el cierre de la central, aunque señaló que no se trataba de algo inesperado, criticando la “pasividade” de las administraciones ante “a caída en picado do noso tecido industrial”.

Por último, el PSdeG calificó de “comportamiento errático” los devenires de la compañía durante los últimos años en la comarca, afeando que esta dejase de lado su “responsabilidade social corporativa”, optando por el cierre.

Sindicatos
Finalmente, la parte social ha sido la más crítica con la situación, dado el importante golpe que esta decisión supone para el tejido laboral y económico de la comarca. 

Representantes de las plantillas de las industrias auxiliares se manifestaron ayer frente a la sede de la Xunta en Santiago –se trataba de una protesta convocada antes del anuncio–, tras lo cual mantuvieron un encuentro con la directora general de Enerxía, Paula Uría, para trasladarle la situación crítica de este sector desde hace meses.