produce más que sonrisas, risas, escuchar a miembros del Gobierno decir que negociarán pero sin traspasar determinadas líneas rojas. No, no es creíble que no vayan a traspasar las líneas rojas que marca la Constitución habida cuenta que, hasta ahora, han gobernado gracias a que han traspasado esas líneas rojas a través de sus pactos con el independentismo. Así que seguramente en estos momentos Sánchez y los suyos estarán buscando fórmulas imaginativas para retorcer las leyes y dar al prófugo Puigdemont todo lo que pide a cambio de sus votos. Cambiarán las denominaciones pero el resultado final será abonar políticamente lo que pide Junts, que no es otra cosa que una amnistía y un referéndum de autodeterminación. Seguro que al referéndum le llamarán “consulta” y la amnistía la envolverán en papel de celofán para que no lo parezca. Eso sí los voceros del Gobierno deberían no intentar engañar al personal con eufemismos lingüísticos.