Para los de cierta generación, la referencia de carreras de coches ilegales es John Travolta con cazadora de cuero negra atravesando un canal sin agua en un coche que por momentos parece que va a desmembrarse. Luego llegó ‘A todo gas’, que cuando se convirtió en saga pasó a ser ‘Too fast too furious’, porque en inglés todo suena mejor. Tipos duros, coches trucados y música a todo volumen. Al menos una de tres había también en las quedadas de los fines de semana en Vío, donde llegaban a concentrarse doscientas personas y mucho ruido. El de los motores rugiendo y los neumáticos derrapando. Y, de vez en cuando, el de un vehículo saliéndose de la vía. La desesperación vecinal parecía no encontrar consuelo hasta que en el Ayuntamiento dieron con la clave: prohibir la circulación de viernes a domingo. Señales, que los aficionados a quemar goma no vieron o no quisieron ver y que, de momento, les han costado unas merecidas multas. Para tipos duros, los que imponen las normas y las hacen cumplir. Y sin necesidad de armar jaleo.