La situación ferroviaria en Galicia ha mejorada con respecto a hace 40 años, pero lo malo es que en el resto del Estado ya van con otras tantas décadas de adelanto sobre los planes. La llegada de la alta velocidad se hace de rogar, aunque haya vías no hay trenes que circulen a altas velocidades en lo que es la conexión con la meseta, porque con Portugal ya es otra historia. Los viajeros siguen sin entender el número tan bajo de frecuencias entre la ciudad herculina y la olívica, así como la velocidad tan escasa a la que van los trenes Avant que podrían reducir el viaje entre A Coruña y Santiago a veinte minutos. Eso sí, parece que el sistema de trenes económicos llegará antes, aunque es difícil entender qué es un tren low cost. Habrá que pensar que no son como los antiguos TER. En todo caso, cuando no es posible conectar Ferrol con Lisboa ni con Madrid, hay que considerar que las obras no se han hecho, que no se han empleado bien los fondos europeos en su momento ni los del “Prestige”.