Parece mentira que a estas alturas tengamos tanto ruido con el tema político. Ya saben que campaña para las Elecciones Generales no empezó oficialmente, pero en este país estamos en período electoral todos los días del año y a todas horas. Es un no parar. Pedro Sánchez así lo decidió después de que el pasado 28 de mayo el PSOE se llevara el palo más grande de su historia más reciente perdiendo el poder político en zonas tan suyas como Extremadura o Baleares. Es la consecuencia de una política errática marcada por pequeños partidos que, a pesar de su poca representación en el Congreso de los Diputados, tuvieron mucho peso específico, incluso partidos separatistas tan contrarios al Estados democrático como HB Bildu o otros del mismo sello como los catalanes. Lo que hace chiste es que La Moncloa ponga en grito en cielo por el pacto PP-Vox, mientras tragaron el del PSOE-Podemos. Ambos bloques pactan con los partidos radicales de ambos bandos, derecha e izquierda.