La cantidad de robos que se están produciendo en las últimas semanas en diferentes localidades de la comarca arousana llama la atención. En Vilagarcía no pasaba una noche sin que se rompiera un escaparate de algún establecimiento con una piedra para que los cacos se llevasen todo lo que encontraban de valor en el interior. Era más el daño que el botín, pero aún era peor la sensación de inseguridad que se adueñó del comercio local por esas fechas. Y ahora está sucediendo algo parecido en A Illa. El lunes fue un bar y ayer una lavandería. Si le añadimos los casos que se producen en O Barbanza, como el robo de un bolso a una señora por el método del tirón, nos encontramos ante un incremento de unos hechos delictivos que conviene atajar lo antes posible.