Feijóo ya es a estas horas el presidente del Partido Popular y, por lo tanto, el hombre que pugnará con Pedro Sánchez por la presidencia del país. La formación conservadora ha cerrado su congreso de Sevilla y lo ha hecho dando más del 98% de los apoyos al todavía (aunque no por mucho tiempo) presidente gallego. Las claves de su discurso, el que espera que le lleve a La Moncloa, son claras: un rumbo muy definido frente a Vox y lo que representa (que se guarden sus carnés de patriota) y la firma de pactos de Estado con el PSOE (para que se puedan deshacer de esa oposición que tienen dentro del propio Ejecutivo). Además, Feijóo se ha blindado rodeándose de buena parte de sus más fieles escuderos. Alguno incluso tendrá que ponerse a buscar piso en Madrid y lo más cerca posible de la calle Génova, por eso de ahorrar en transporte público. Pero, aún así, sabe que lo suyo va a ser una labor hercúlea en la que tendrá que ser capaz de sortear las zancadillas que le lleguen de enfrente y las que le surjan de quienes están supuestamente a su lado.