Hay profesiones que merecerían un plus de peligrosidad dependiendo de las coordenadas en que se desempeñe. Casi tan peligroso como ser taxista en el Bronx puede resultar ganarse la vida conduciendo autobuses en Ferrol y en sus alrededores. Hay un tipo -al parecer, ya identificado- al que periódicamente le da por emprenderla a tiros con las lunas y ventanillas de los vehículos de Monbus. Por fortuna, maneja una carabina de aire comprimido y no un AK-47. Ahora reaparece el ladrón de buses de Neda, esta vez, actuando en Sada. Fuera bromas, hablamos de personas enfermas que necesitan ayuda.