Política de ocurrencias, ataques personales, insultos y risa forzada

Política de ocurrencias, ataques personales, insultos y risa forzada
FOTO: Irene Montero | EFE

El debate político ha bajado tanto de nivel que ya no importa el contenido de las propuestas que hace cada partido, sino que ahora prima la ocurrencia, el gesto impostado, la risa forzada o el exabrupto de turno para ganarse un minuto en televisión o protagonizar las tertulias. Resulta curioso observar como la discrepancia muda hacia un enfrentamiento directo con defensores y detractores en la sociedad y en los medios. Generalizar siempre es injusto, pero esa es la sensación que destila en cada una de las ocasiones en las que los líderes de los partidos debaten entre ellos. La diana está ahora en la figura de la ministra de Igualdad, Irene Montero, que está teniendo que soportar aspectos que van más allá de lo acertado o no de su gestión. A ver si la mesura regresa al hemiciclo para que gane en respeto y credibilidad. 

Política de ocurrencias, ataques personales, insultos y risa forzada

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