Ya lucen las banderolas en las calles y en las grandes avenidas de las ciudades. Estratégicamente se ponen en lugares muy visibles y donde el tránsito de personas o vehículos es considerable. Aunque la cartelería va a menos, pero mucho. Ahora los partidos, todos, se vuelcan en las redes sociales: Instagram (para jóvenes), Facebook para los menos y Twitter (para todos un poco). Aún así, lo que más llega a la gente es la aplicación WhatsApp. ¿Quién no tiene esa aplicación en su móvil? Pero claro, no es algo abierto, así que los gurús de los grandes partidos buscan fórmulas para lanzar campañas masivas y que sean distribuidas a través de los grupos de la popular app. Más barato y menos costoso para la tesorería. ¿Cómo hacerlo? Pues ahí están dándole vueltas, ya que fácil no es. El ‘boca a boca’ digital no es tan fácil, pocas personas se posicionan políticamente en grupos de WhatsApp, salvo que ya se esté en uno de una tendencia. Lo cierto es que la política en sí poco interés genera.