El 43,5 % de los consumidores sufre vulnerabilidad energética, según un estudio, que apunta a los problemas económicos y al desconocimiento como los escollos que impiden a las personas tener en sus viviendas la temperatura adecuada para su bienestar. No solo deben hacer un mayor esfuerzo de comunicación, accesibilidad y transparencia de las ayudas disponibles para combatir el desconocimiento, sino mejorarlas para que cubran de manera efectiva las necesidades de todos los que se encuentren en esa situación. Además, el gasto en transporte supone una carga para el 14% de la población y sitúa en un contexto de “vulnerabilidad severa” a alrededor del 3% de la ciudadanía, unos 500.000 hogares. Todos los indicadores apuntan a que los hogares rurales son más sensibles que los urbanos, ya que tienen mayor necesidad de movilidad y encuentran menos alternativas. Además, la clase media y los hogares cuya persona de referencia es un hombre son más vulnerables a este tipo de pobreza, debido a que son los principales consumidores de bienes y servicios de transporte.