El PP, después de levantar ampollas dentro de su propio partido por llamar a la puerta de Junts, llama ahora a la del PSOE de Sánchez. Se entiende el enojo del ala más dura popular, por eso de ir llamando, una después de la otra, a las puertas de quien no hace tanto tildaban de poco menos que de enemigos de España. (“¡Que te vote Txapote!”, ¿recuerdan?). El PSOE dice que vale, que van. Pero matiza: Primero, te me disculpas, o nada. Está claro que aquí nadie da puntada sin hilo y que lo importante, más que un pacto que todos saben imposible, parece que es eso que llaman la construcción del relato.