Tranquilidad, dicen desde Sanidad, que esto ya nos lo esperábamos. Casi todos. Que el fin del aislamiento obligatorio, las vacaciones de Semana Santa y, especialmente, el levantamiento de la obligación de llevar mascarilla en los espacios cerrados derivasen en un aumento muy notable de los contagios entre los mayores de sesenta años y en un incremento de la ocupación de los hospitales –ahora en nivel de riesgo medio– es lo mínimo que podía pasar. Nos podemos dar con un canto en los dientes de no tener a una mayoría contagiándose una y otra vez, ahora me lo trae el niño del cole, ahora me lo pega mi compañero de trabajo, ahora lo cojo en el ascensor. A lo mejor ese es el siguiente paso. Entonces igual sí nos preocupamos. fOTO: Una UCI covid, de esas que vuelven a estar ocupadas | EFE