No hay fiesta sin la panza llena

No hay fiesta sin la panza llena
Feira das Marabillas | Quintana

No hay verbena sin su bochinche ni fiesta sin su oferta gastronómica. Que aquí lo que nos gusta es bailar, cantar, unirnos a las actividades populares y pasearnos por todo tipo de puestos con la panza llena. La Feria Medieval no sería lo mismo sin sus churrascos y sus cócteles. Y poco nos importan las escasas referencias a la sangría y el mojito en los códices del siglo XII. Las fiestas de María Pita tienen nada más empezar el Oktober Fest, que desde el momento en que ha abierto sus puertas ya tiene cientos de fieles deseosos de cerveza y bratwurts. Porque podemos ser de pulpo y de chucrut, igual que somos de orquesta pachanguera y de música indie. Y no le hacemos ascos a casi nada, que es una forma estupenda de no perder la oportunidad de disfrutar de cualquier cosa que se nos presente. Tranquilos los puristas, que cuando llegue la romería de Santa Margarita nos entregaremos a la empanada, la tortilla y las rosquillas como manda la tradición.

No hay fiesta sin la panza llena

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