Las bolsas de plástico biodegradables, que actualmente podemos encontrar en la sección de fruta y verdura de los supermercados cuentan con el sello “OK compost”, que indica que cumplen con las características y la legislación vigente para ser compostables industrialmente. Un estudio demuestra que la toxicidad observada en las bolsas compostables se traslada al abono durante el proceso de biodegradación, lo que repercute en la acumulación de contaminantes, que pueden afectar al medioambiente e impactar en la salud de la población. La toxicidad puede derivar tanto de los aditivos utilizados durante el procesado, como de los fragmentos de los plásticos biodegradables producidos durante el compostaje. Es necesario investigar exhaustivamente la migración y la ecotoxicidad de estos nuevos materiales y establecer un buen marco normativo, basado en la evidencia científica, que asegure la inocuidad de los mismos antes de que lleguen al mercado.