gobernar y partirse la cara en el Congreso y, si me apuran, también en el Consejo de Ministros, pues fácil no parece. Lo que pasa es que tirar del raño, tampoco es cosa menor. Lo comprobó ayer la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que en su visita a Vilagarcía para participar en un foro sobre mariscadoras, visitó la playa de A Compostela y la zona de Carril para conocer de primera mano este trabajo. De primera, primera, vamos: Calzarse las botas y tomar al menos la lección número uno del gancho, que así llaman aquí al utensilio. El comentario fue que iba más duro, incluso, de lo que parecía de antemano. Y eso que el día era casi de verano. Lo mismo se puede aligerar por decreto. O no, quién sabe.