Parece que hay al menos un diputado al que le ofende tanto como a los españoles de a pie ese extraño fenómeno que hace que ciertos políticos multipliquen su patrimonio de forma casi mágica con solo unos años en el cargo correspondiente. Como, por ejemplo, Irene Montero, que en los cinco años en los que pasó de diputada consorte a ministra de Igualdad vio crecer la cuantía de sus bienes de menos de 7.000 euros a más de 600.000 dedicándose en exclusiva a la cosa pública. Menudo buen asesor de inversiones debe de tener. Igual es eso lo que quiere saber el diputado Pablo Cambronero, que ha pedido en el Congreso que el Gobierno investigue este crecimiento económico que ya quisiéramos para el país. foto: Irene Montero, en su escaño del Congreso | efe