El año que termina ha sido uno de los peores para el sector del marisqueo, tanto a pie como a flote. Diferentes circunstancias han influido en una drástica reducción de la producción que ha motivado el cierre de bancos marisqueros y reducido a la mitad el número de rañeiros que salen a faenar, como es el caso de Cambados. La situación es tan mala que la Consellería do Mar ha solicitado al Gobierno central que se declare la zona catastrófica alegando que la baja salinidad de las aguas como consecuencias de las incesantes lluvias del otoño están detrás de la mortandad de almejas y berberechos. Mientras, la Xunta ha decretado un paro biológico y estudia la posibilidad de conceder ayudas al sector de a pie por las elevadas pérdidas que han tenido.