Es citado como una revolución inmersiva, como una nueva realidad, como la tercera dimensión de internet y hasta como la tecnología que está llamada a cambiar la forma de interactuar; pero, más allá de las apuestas empresariales en las que se han embarcado algunos gigantes tecnológicos y de sus resultados económicos ¿podría ser el “metaverso” un bluf? Porque hace ya veinte años que existe por ejemplo Second Life, un mundo paralelo donde los usuarios pueden a través de su avatar participar en una comunidad digital y realizar multitud de actividades; “vivir” una segunda vida o una vida paralela que nada tiene que ver, si no quieren, con su realidad física.