El Hollywood clásico tiene ‘Qué bello es vivir’ y nosotros, desde ahora, ‘La rave de La Peza’. Porque cuando esperábamos que la fiesta ilegal terminase con un par de decenas de detenidos entre suspiros de tranquilidad de los vecinos y declaraciones de indignación ante las cámaras –“qué vergüenza de juventud”, “dónde vamos a ir a parar”, lo típico en estos casos– resulta que los fiesteros están a un paso de que les nombren hijos predilectos del pueblo. Si ya se les veía que eran buenos chicos. Un poco ruidosos, a lo mejor. Pero también cuando se juntan unos cuantos al fresco a la puerta de casa acaban subiendo el volumen. Y quién no se excede en Fin de Año. Vamos, que lo que más había entre los vecinos era curiosidad y ganas de participar en la fiesta. Unos cuantos lo hicieron, incluidas abuelas con nietos. Como una sesión vermú pero a lo grande. El alcalde ya bromea con encargarles a los responsables las fiestas patronales y los lugareños esperan que los chavales vuelvan el año que viene.