LA pelea de los adalides ferrolanos de la Memoria Histórica por erigir un monumento a las víctimas del franquismo parece ciertamente gafada. Solo ese grupo de incansables y veteranos promotores sabe lo que ha tenido que pelear y a cuántas puertas ha tenido que llamar para lograrlo. Será un conjunto escultórico sudado, de eso no cabe duda. Lo curioso del caso es que —a pesar de que ya hay fecha para su inauguración, el próximo 24 de febrero— ésta aún ha sufrido un último ajuste. Nadie se había percatado de que la fecha inicial, el 20 de enero, caía en plena precampaña.