El uso del agua en los cultivos va más allá de la propia necesidad de la planta por crecer; por ejemplo, la patata necesita el agua de la lluvia para mantener su forma, ya que con la intermitencia del regadío o una persistente falta de agua se puede deformar. También se han visto condicionados por la falta de agua los cultivos de zanahoria, pimientos para industria, brócoli y coliflor, y otros como el ajo y la cebolla. Por ello, y bajo el miedo también de la aparición de plagas por la falta de agua, los productores se debaten durante estas semanas, y con la vista puesta en las próximas, en si plantar o no plantar las frutas y hortalizas. Tenemos una oportunidad para sacar partido del clima gallego. Unos tanques bien colocados servirían para exportar agua al secano español. Urge una propuesta gallega a los fondos europeos, con un plan bien diseñado, para activar la iniciativa porque si algo sobra aquí es agua de lluvia y se necesitan productos de la huerta, que no sean eucaliptos.