A Samuel Eto’o, que siempre tuvo fama de hacer más estragos en la noche que en el terreno de juego, le ha salido una hija por decisión judicial. Cuentan que la historia es la de siempre: chico conoce chica en una discoteca, chica descubre un embarazo y chico desaparece a la velocidad del rayo. Lo que pasa es que cuando eres un jugador de fútbol conocido, lo de no dejar rastro se vuelve complicado. Así es más fácil que tu hija, una vez cumplida la mayoría de edad, presente una demanda de paternidad. Y, voilá, eres padre de una joven de veintidós años. Al menos se ahorra lo del cambio de pañales.