El presidente Sánchez se muestra satisfecho con los resultados de la cumbre de la OTAN, sobre todo por el tiempo que pudo conversar con Biden, más de los veinte segundos aquellos en los parecía un turista despistado que buscaba la dirección de un restaurante de comida rápida donde sirvan cerveza. Falta saber los acuerdos que ha realizado el mandatario con el estadounidense. Porque eso de dos destructores se antoja poco para tanto charlar, después de que Zapatero cediese a instalar el escudo antimisiles en Cádiz. El tiempo dirá, pero por Ferrol no llegará ningún barco de la Navy a reparar.