Con esto del cambio de presidente a mitad de mandato entra la duda de si caben ahora o no los acostumbrados cien días de cortesía. Lo mismo debieron preguntarse en el sector bateeiro que, ayer, después de algún que otro debate sobre si era mejor esperar un poco o no, decidió finalmente mandar una representación a las puertas de O Hórreo para dejarle claro a Rueda, antes de que pudiera digerir la investidura, que allí, en las rocas con mejilla y percebe, sigue habiendo un problema. Uno que ha abierto también una brecha en las cofradías: Con su federación galaica llamando indecentes a los del mejillón y con las cofradías de Arousa respondiendo a su propio organismo integrador aquello de “por qué no te callas”.