Echando la vista arriba a la derecha…

Echando la vista arriba a la derecha…
Fachada de la Casa Paredes

Paseando por La Marina, se nos fue la vista a la mella del frontón sobre el ventanal justo encima de Flores Obdulia, de cuyo origen nos había hablado nuestro amigo Ramón, que es la Enciclopedia Británica hecha señor. Porque Ramón se lo sabe todo con pelos y señales. Bueno, sigamos con la mella del frontón. Resulta que el 20 de julio de 1936, un grupo de sublevados contra el Gobierno de la República instaló en las escalinatas del Parrote ―donde está La Dársena, más o menos― dos piezas de artillería dirigidas hacia el Gobierno Civil, a la sazón situado en el ahora  Teatro Rosalía, en el que impactaron muchos proyectiles. Uno de ellos se desvió y fue a dar en el famoso frontón, dejando la muesca para recordarnos que las batallas se libran mejor en las urnas que a cañonazos. En la batería golpista servía el cabo Santiago Gómez, que murió, no por un disparo enemigo, sino porque se le sublevó el cañón y lo fulminó. La muerte no es que fuese muy honrosa, pero le valió que le pusieran su nombre a una calle hasta el año 2009. Así mismo.

Echando la vista arriba a la derecha…

Te puede interesar