Para los ingleses, Juan Carlos I no es inmune. Así que, de entrada, es muy probable que tenga que sentarse en el banquillo tras la denuncia por acoso presentada por Corina zu Sayn-Wittgenstein. El juez encargado de determinar si era inmune o no utilizó un argumento demoledor ya que asegura que si roba un anillo en una tienda del Reino Unido sería juzgado por ello, ya que ha perdido los beneficios constitucionales de los que disfrutaba en su etapa como jefe del Estado. A lo mejor su hijo, que en seis días andará por la Abadía de Westminster, tiene que interceder por su padre ante la reina Isabel II para ver si le echa una mano. FOTO: Juan Carlos I | EFE